BESLAN, Rusia.- Muchos soldados rusos huyeron y las fuerzas especiales recién llegadas tuvieron que pedir balas prestadas en medio de los disparos y las explosiones con que terminó aquí la toma de una escuela por extremistas chechenios.
Al tiempo que esta localidad del sur de Rusia continuaba sepultando sus víctimas el viernes, continuaban las interrogantes acerca del manejo de la crisis en torno a la escuela local número 1, que duró tres días y dejó un saldo de por lo menos 330 rehenes muertos.
"Una de las preguntas más punzantes que se hace el mundo entero es: ¿Por qué parecieron tan descontrolados los acontecimientos en torno a la escuela número 1 de Beslan? Y la respuesta más probable es: Porque no había nadie a cargo de la operación", dijo el diario "Russkiy Kuryer" en su edición del viernes.
El Presidente estadounidense George W. Bush ha pedido a sus asistentes que estudie cómo enfrentarían las autoridades norteamericanas con un ataque similar contra una escuela del país.
Un vecino de Beslan que sólo se identificó como Robert dijo que los socorristas retiraban algunos cadáveres el 3 de septiembre frente a la escuela cuando una explosión ocurrida dentro del edificio hizo que muchos niños corrieran hacia la calle y que los secuestradores comenzaran a dispararles por la espalda, tras lo cual las fuerzas congregadas en el exterior abrieron fuego.
Agregó que un número de soldados rusos huyó del lugar cuando comenzaron los disparos. "Estaban más interesados en salvar sus propias vidas", dijo Robert, de 31 años, que tenía varios familiares en el interior de la escuela.
Vecinos de la localidad entregaron sus cartuchos de municiones a las fuerzas especiales, que no tenían balas suficientes, dijo Robert.
Las fuerzas especiales "no estaban preparadas", agregó.
El asedio costó la vida a once soldados de las fuerzas especiales rusas, según las declaraciones oficiales.
