LA PAZ, Bolivia.- Cultivadores de coca bolivianos bloquearon hoy una transitada vía que une los valles agrícolas de los Yungas (norte) con La Paz, en rechazo a la destrucción de cultivos, sumando un nuevo foco de protesta al conflictivo panorama social que enfrenta el Presidente Carlos Mesa.
Poco después del mediodía, miembros del sindicato cocalero de los Yungas -donde se autoriza la siembra legal de hasta 12.000 hectáreas de hoja de coca- cerraron la ruta a la altura de la localidad de Unduavi.
La medida de fuerza, en oposición radical a la intención de las autoridades de destruir unas 2.000 hectáreas ilegales y excedentarias de la hoja y presuntamente destinadas a la fabricación de cocaína en la zona, atrapó a decenas de vehículos de carga y pasajeros.
Los sindicatos de cocaleros de los Yungas dijeron estar dispuestos a negociar con el gobierno de Mesa, aún presionado por una huelga de hambre de media centena de vecinos de la ciudad de Santa Cruz, la más pujante del este del país, que el lunes entraba en su cuarto día de ejecución contra la suba en los precios del diesel y la gasolina.
Según informes de medios locales, unos 20 campesinos y el presidente del comité cívico Pro Santa Cruz, Rubén Costas, que encabezó la semana pasada una huelga general de 48 horas en esa ciudad -la más poblada del país- se sumaron al ayuno.
A la protesta también se han agregado estudiantes de la universidad pública de Santa Cruz, quienes se encadenaron a un enrejado de la casa de estudios, en el casco viejo de esa ciudad a 900 km. al este de La Paz, para evitar ser desalojados por la policía.
"La intención es radicalizar aún más la medida" si el gobierno no revierte su decisión de aumentar entre 10 y 23% el precio de los carburantes, advirtió un huelguista.
Mesa negociaba en tanto con el Comité Cívico de Potosí una salida al conflicto desatado por el titular de esa organización civil, René Navarro, quien tomó el viernes último pacíficamente el edificio de la Prefectura (gobernación) de la ciudad, a unos 800 km. al sudoeste de La Paz.
Navarro se opone a la actual gestión de la gobernación
La situación también parecía volverse conflictiva a unos 100 km. de La Paz, en la comarca de Miguillas, donde campesinos sin tierra ocuparon fundos privados, inclusive las dependencias de un antiguo correccional de menores.
Por lo demás, los caminos del altiplano boliviano, habitados por indígenas aymaras, permanecían libres de obstáculos, no obstante la amenaza de cerrarlos proferida por el líder indígena Felipe Quispe, el ’Mallku’ (autoridad suprema en lengua nativa).
Quispe, que preside la poderosa Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, se dijo dispuesto "a tumbar al mentiroso del Mesa", por la reciente promulgación de medidas que considera antipopulares.
Por su lado Evo Morales, líder indígena de los cultivadores de coca del Chapare (otrora emporio de la droga en el centro del país) pidió a Mesa -en un mensaje a la nación la noche del domingo- que cumpla con "la agenda de octubre" de 2003, cuando una rebelión popular depuso al Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Morales demandó al gobernante la nacionalización de los hidrocarburos, actualmente en manos privadas, la celebración de una asamblea constituyente y el enjuiciamiento de Sánchez de Lozada.
Estas demandas sugieren un paso atrás en las intimaciones de Morales, quien el pasado jueves le había pedido a Mesa que recortase su mandato y convocase elecciones anticipadas antes de la fecha prevista, en junio de 2007.