HAMBURGO.- En el segundo juicio que se sigue contra el marroquí Munir el Motassadeq por su complicidad en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, prestó testimonio hoy un agente del FBI estadounidense, quien relató lo sucedido en uno de los aviones secuestrados.
Según relató el agente Matthew Walsh, los pasajeros del vuelo procedente de Boston de American Airlines que se estrelló contra la torre norte del World Trade Center, en Nueva York, estuvieron a merced de los secuestradores unos 32 minutos antes del impactos. "Tiene que haber sido el infierno", afirmó.
Walsh llegó a Hamburgo con una carta de Estados Unidos que enumera 18 temas en los que no está autorizado a declarar. Entre los temas que abordó hoy confirmó que los secuestradores usaron un aerosol de gas pimienta a bordo.
"El gas pimienta es un arma que debilita. El único remedio es salir a respirar aire fresco. A bordo del avión siguió circulando y dificultando la respiración de los pasajeros", precisó.
Walsh indicó que un miembro de la tripulación informó a través de la radio que un pasajero, un oficial del ejército israelí, fue degollado en el avión y otros dos miembros de cabina recibieron puñaladas.
Según Walsh, quien atestiguó en el primer proceso a Motassadeq pero no tuvo autorización para responder a algunas de las preguntas por orden de las autoridades estadounidenses, el FBI llegó a la conclusión de que el piloto que secuestró la aeronave era el egipcio Mohammed Atta.
Motassadeq, que era amigo cercano de Atta y los otros pilotos suicidas Ziad Jarrah y Marwan al-Shehhi, está acusado de haber prestado ayuda logística para organizar el asesinato de más de 3.066 personas.
Motassadeq fue condenado en primera instancia a 15 años de prisión - la única sentencia por los ataques del 11-S-, pero el Tribunal Supremo alemán revisó el fallo alegando que faltaba ponderar testimonios importantes y lo remitió nuevamente al Tribunal Regional de Hamburgo.