QUITO.- Los opositores al presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, realizaron el martes manifestaciones en demanda de una reorganización urgente de la Corte Suprema (CSJ) que está en manos del oficialismo, con lo que desecharon una salida política para la crisis que afecta al país.
Miles de adversarios del militar retirado, con 26 meses de gestión, realizaron marchas que desembocaron en las sedes de la Corte Suprema (CSJ) y el parlamento unicameral de 100 miembros, ubicados en el casco comercial de Quito, donde fueron repelidos por fuerzas policiales con gases lacrimógenos.
Las protestas, que incluyeron la instauración de cercos humanos en torno a ambos entes, pusieron en evidencia el caos político por el que atraviesa Ecuador desde que una mayoría legislativa oficialista destituyó en diciembre a los 31 magistrados de la CSJ por supuestamente tener nexos con la oposición y los reemplazo con jueces afines.
La remoción de la cúpula del tribunal ocurrió a pesar de que el parlamento no tenía facultad constitucional para intervenirlo, lo que sumió al país en un conflicto, que amenaza con degenerar en una espiral de violencia en las calles.
"Es un engaño creer que vamos a tener los votos (en el parlamento) para cambiar la situación. Es en las calles y en las plazas donde tenemos que reclamar que volvamos a la democracia", dijo el alcalde de Quito, Paco Moncayo.
La declaración de Moncayo fue acompañada por el anuncio de otras influyentes autoridades cantonales y provinciales de que se sumarán a un intento de paralización del país, lo que podría ocurrir la semana próxima, en un desafío abierto a Gutiérrez.
El ministro de Gobierno (Interior), Oscar Ayerve, opinó que la oposición conspira contra Gutiérrez, quien debido a la situación del país suspendería su viaje a Roma, donde tenía previsto participar en los funerales del papa Juan Pablo II.
"La desobediencia civil representa una franca provocación en contra de la democracia y el poder constituido", indicó Ayerve, quien, por el momento, descartó la suspensión de las garantías individuales y colectivas para imponer el orden.
"!Lucio, fuera!", fue la consigna de la oposición en las protestas del martes, que arrojaron un saldo de cuatro personas heridas -tres manifestantes y un policía- por el impacto de piedras y bombas lacrimógenas, según la Cruz Roja, que agregó que decenas fueron atendidas con síntomas de asfixia.
Paralelamente a las acciones en las afueras del Parlamento, un grupo de trabajadores del sistema judicial intentó infructuosamente invadir la sede de la CSJ, como parte del paro de actividades que llevan adelante desde el 14 de marzo.
Quito vivió una jornada caótica, que estuvo precedida de otras medidas de rechazo, como silbatinas, en contra del mandatario en las puertas mismas de la sede de la Presidencia.
En medio de esta disputa política, Gutiérrez plantea como alternativa un referendo para reorganizar el sistema judicial mediante una consulta a la población a fin de determinar si acepta o no que un colegio integrado por 13 representantes de la sociedad civil dirija una reestructuración de la CSJ.
La propuesta de Gutiérrez no cuenta con el apoyo ni del bloque oficialista, que se muestra renuente a renunciar al poder que ejerce ahora en la máxima corte del país, así como en los tribunales Electoral (TSE) y Constitucional (TC), organismos vitales dentro del ordenamiento democrático.
Los ánimos políticos se tensaron aún más cuando el presidente de la CSJ, Guillermo Castro, anuló la semana pasada los juicios contra su aliado político, el ex presidente, Abdalá Bucaram, quien estaba acusado de incurrir en actos de corrupción durante su gestión que se extendió de agosto de 1996 a febrero de 1997.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por las secuelas del conflicto en la democracia de Ecuador.