Miles de polacos, algunos en tenidas típicas, acudieron a despedir al hijo más ilustre del país. |
CRACOVIA.- El ambiente que se vive en este momento en Cracovia, ciudad al sur de Polonia, tiene que ser el mismo que se sentía cuando Juan Pablo II visitaba la ciudad.
Sólo que en esta ocasión él ya no se presentará. Y esa es la razón por la cual miles de personas se han reunido hoy para despedirse de su Santo Padre en una ceremonia que durará aproximadamente unas 5 horas.
Miles de personas caminan por las calles de Cracovia, hay un murmullo constante, voces por altoparlantes dan instrucciones al público asistente; bomberos, policías y ambulancias están listas para cualquier eventualidad. El ambiente es de máxima expectación.
No es la primera vez que Cracovia recibe tanta gente, no es la primera vez que hay tanta expectación en el ambiente, no es la primera vez que se venden banderitas, flores y recuerdos. Sólo que esta vez todos saben que no será la mismo de siempre.
Ya no es una fiesta
Esta vez no será una fiesta, sino una despedida. Una despedida de la persona que justamente ha logrado reunir siempre a tantos fieles. Los mismos que ahora ya no cuentan con él.
Mucha gente joven, mucho adolescente, gente de varias razas y flores amarillas le dan los colores a este momento.
A las cinco horas en Polonia se dio comienzo a una procesión donde toda esta gente partió desde la plaza central de Cracovia y se dirigió en dirección al Blonia, parque en el que el Pontífice cerebraba misas durante sus visitas.
Cuesta imaginarse lo que será este parque, famoso por el Papa, sin él como protagonista. Pero quienes están aquí siguen sintiéndolo cerca. Aunque sea en su último adiós.
