WASHINGTON.— Bolivia decidió no asistir al almuerzo que la Organización de Estados Americanos (OEA) ofreció en honor de su nuevo secretario general, el chileno José Miguel Insulza.
El ex ministro del Interior de Chile asistió al almuerzo en el vecino Museo de las Américas, pero no vio entre los asistentes a la embajadora boliviana María Tamayo, que boicoteó el ágape.
Bolivia produjo uno de los tres votos contra Insulza en las elecciones del 2 de mayo. Los representantes de Perú y México, que también se opusieron a la candidatura de Insulza, sí asistieron.
Fuentes de la misión boliviana que hablaron bajo condición de anonimato dijeron que Tamayo "no estuvo allí por cuestiones de principio".
Bolivia ha criticado a Insulza por lo poco que ha hecho cuando era canciller por un entendimiento chileno-boliviano en el reclamo de salida al mar que Bolivia perdió en una guerra con Chile hace 126 años.
La ceremonia fue relativamente austera: Faltó el brindis y algunos bocadillos que la OEA suele ofrecer en grandes ocasiones en el patio de la institución.
Pese a todo, Insulza no se quedó con una bienvenida de "pan y agua" como había anunciado el presidente de turno del Consejo Permanente, Alberto Borea, de Perú, si los embajadores "no se matriculaban" con su cuota de 60 dólares por persona para un almuerzo.
La ceremonia de Insulza estuvo lejos del boato diplomático que rodeó al ex presidente costarricense Miguel Ángel Rodríguez el 15 de septiembre pasado, cuando estuvieron seis presidentes y 30 cancilleres de los 34 estados miembros. Rodríguez, sin embargo, había pagado esos gastos de su propio bolsillo.
"Esto se hizo como yo lo pedí", dijo Insulza. "No quería tener una ceremonia con cientos de invitados porque no son los tiempos para eso y no tenemos recursos para eso".
Insulza dijo que incluso no quiso que se convocara a una sesión extraordinaria de embajadores para la ocasión.
Pero Borea "tuvo la gentileza de convocar esa sesión" y dejar la sesión ordinaria del día para la tarde.
Preguntado si algún presidente se incomodó por su decisión de no invitarlos, Insulza dijo: "He recibido cartas de todos, con felicitaciones... pero la idea era hacer una ceremonia lo más sobria posible y así se hizo".