WASHINGTON.- El alto nivel de educación pone a raya al mal de Alzheimer, pero acelera su progresión una vez que se manifiesta esta enfermedad neurodegenerativa e incurable, según un estudio realizado a 312 personas mayores de 65 años.
A esa conclusión llegó la investigación a estos pacientes en quienes se observó la progresión de la enfermedad durante cinco años, según el estudio divulgado hoy por la revista "Journal of Neurology Neurosurgery and Psychiatry".
El grupo de investigadores encabezados por Nicolaos Scarmeas, del Centro Médico de la Universidad de Columbia, señaló que la agilidad mental declinó cada año en todos los pacientes.
Sin embargo, cada año adicional de educación supuso un deterioro adicional del 0,3 por ciento en cada paciente.
El deterioro fue evidente en la velocidad del proceso mental y la memoria, y también fue independiente de la edad, la capacidad mental en el momento del diagnóstico, así como otros factores que pudieran perjudicar la función cerebral, como la depresión y los problemas vasculares.
Según los científicos, esto se podría explicar con lo que calificaron como la "teoría de la reserva cognitiva" según la cual la cantidad de neuronas y sinapsis son más numerosas en personas de mayor educación.
También sugiere que si esas neuronas y sinapsis no son diferentes, es probable que lleven a cabo operaciones más eficientes.
Por lo tanto, según sugieren, la mayor educación permite frenar el comienzo de la enfermedad porque el cerebro puede "tolerar" los cambios durante más tiempo.
Sin embargo, al ocurrir el impacto de la enfermedad éste es mucho mayor que en los cerebros de personas de educación inferior, debido a los mayores niveles de daño acumulado, según señalan.
Según la Asociación del Alzheimer de EE.UU., la enfermedad afecta cada año a unos 4,5 millones de personas en este país y su incidencia se ha duplicado desde 1980.
En la mayoría de los casos los pacientes son mayores de 65 años, pero también puede manifestarse en personas más jóvenes, según la asociación.