RÍO DE JANEIRO.- Al menos siete reclusos han muerto asfixiados esta madrugada durante un motín de presos armados que dura cerca de 24 horas en la cárcel brasileña de Jundiaí, en el estado brasileño de Sao Paulo, según informaron medios locales.
La rebelión comenzó el miércoles, cuando los presos tomaron como rehenes a cinco policías, tres carceleros y dos detectives que habían entrado al penal para buscar a un grupo de presos y llevarlos a los tribunales.
Otra versión policial indica que los presos se rebelaron después de que fue descubierto un túnel y un plan de fuga. Tres de los rehenes permanecen en poder de los reclusos, el resto fueron liberados después de tensas negociaciones.
Según fuentes policiales, los siete presos murieron asfixiados por el humo de los colchones quemados durante el motín, en el que fueron destruidos muebles y derribadas paredes. Los cuerpos fueron retirados de la cárcel y transportados al depósito de cadáveres.
La radio CBN informó de que las principales que los presos, que tienen en su poder las armas que han quitado a los rehenes, exigen una reducción del número de reclusos en la mencionada cárcel debido al hacinamiento en la misma.
La penitenciaría de Jundiaí, a 60 kilómetros de Sao Paulo, tiene capacidad para 120 presos, pero alberga a 484.
Unos 50 efectivos de la policía militar de Sao Paulo mantienen rodeado el edificio de la cárcel. Dos investigadoras que eran mantenidas como rehenes fueron liberadas hoy, mientras los detenidos exigen la presencia de equipos de televisión para continuar las negociaciones.
Este es el sexto motín registrado esta semana en las saturadas cárceles del estado de Sao Paulo y hasta ahora es el más violento.
La Secretaría de Seguridad Pública dijo que las negociaciones con los amotinados están dirigidas por el delegado de Investigaciones Generales, Paulo Sérgio Martins, y por el delegado del presidio, Fernando Ivanada.