Estudiantes protestan en Francia. |
El Primer Ministro de Francia, Dominique de Villepin. |
PARÍS.- Las manifestaciones y huelgas que se llevan a cabo hoy en París, en una jornada denominada por sus propios protagonistas como "martes negro", son una nueva muestra de que los jóvenes franceses no están dispuestos a ceder ante la implementación del Contrato del Primer Empleo (CPE).
El conflicto se inició en enero pasado, cuando el Primer Ministro de Francia, Dominique de Villepin, anunció una serie de reformas legislativas que, entre otros cambios, introducirían una nueva modalidad en los contratos para los menores de 26 años, que los hace más flexibles.
El CPE permite a los empleadores despedir sin justificación a sus trabajadores menores de 26 años en sus primeros 24 meses de trabajo. Sin embargo, se estipula que la indemnización por despido es de un 8% del salario bruto que le correspondería al trabajador hasta el final de su contrato.
La reforma causó de inmediato el rechazó de los sectores sindicales y de los jóvenes estudiantes, que durante los pasados dos meses han exigido al gobierno, a través de manifestaciones y protestas, que retire la polémica ley. Argumentan que la normativa debilitará los derechos laborales, institucionalizará la inseguridad y no ayudará a reducir el desempleo.
Ésta última es una de las temáticas más sensibles, ya que
Francia tiene serios problemas para lograr que la gente joven trabaje, siendo la tasa de desempleo entre los 15 y 24 años de casi 22%, una de las más altas de Europa.
Por su parte el gobierno, a través de su Primer Ministro quien semana tras semana pierde popularidad, defiende la reforma, asegurando que la medida ayudará especialmente a disminuir el desempleo entre los jóvenes de suburbios marginales (donde la cesantía llega al 40%), ya que permite flexibilizar el mercado laboral.
Además, argumenta que una reforma de agosto pasado, que permite a las empresas de menos de 20 trabajadores despedir empleados sin mayores penalidades durante los primeros dos años de contrato, ha mostrado una evolución positiva.
Mientras el Primer Ministro se aferra a la aplicación de esta normativa, la Coordinación Nacional de Estudiantes (CNE) de Francia pidió su inmediata dimisión.
Presión estudiantil
La historia de Francia de las últimas décadas está cargada de episodios donde los estudiantes hacen valer sus derechos. En mayo de 1968 forzaron al Presidente Charles de Gaulle a disolver el Parlamento, y un año después, a renunciar.
En los ochenta provocaron que el entonces Primer Ministro, Jacques Chirac, desistiera de realizar una reforma universitaria, luego que un estudiante fuera asesinado por la policía en las manifestaciones, y posteriormente llevaron al ministro Edouard Balladur a desistir de cambiar un contrato laboral juvenil, luego de una creciente ola de protestas.
Hoy en toda Francia, entre uno y tres millones de personas participan en manifestaciones contra la implementación de la ley de CPE, la culminación de varias semanas de protestas que han estado cargadas de violencia, producto de la participación de individuos ajenos a la causa que se enfrentan con la policía y roban.