TEHERAN.- Irán rechazó hoy las condiciones planteadas por Estados Unidos para efectuar conversaciones sobre su controvertido programa nuclear, afirmando que estaba dispuesto a llevar a cabo negociaciones, pero sin suspender sus operaciones de enriquecimiento de uranio.
"Nosotros apoyamos el diálogo en una atmósfera justa e imparcial, pero no hablaremos sobre nuestros derechos indiscutibles y legítimos, porque ese es el derecho de nuestro pueblo de acuerdo con las leyes internacionales y los tratados", declaró el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, a los periodistas.
"Estamos dispuestos a hablar sobre nuestras preocupaciones comunes y si las condiciones son las que hemos solicitado (...), estamos dispuestos a negociar con todas las partes", sostuvo, en la primera reacción oficial de la República Islámica a la propuesta estadounidense.
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, en lo que fue considerado como un importante vuelco político, anunció el miércoles que Estados Unidos estaba dispuesto a participar en las negociaciones lideradas por los europeos sobre el programa nuclear de Irán si las autoridades de ese país suspendían el enriquecimiento de uranio.
No obstante, Mottaki afirmó que la declaración de Rice --quien también se refirió a la preocupación norteamericana respecto a la situación de los derechos humanos en Irán y su presunto apoyo al terrorismo-- "no contenía afirmaciones nuevas".
"Ellos repitieron sus viejas palabras. En esa declaración no había una solución nueva ni una solución lógica para la cuestión nuclear", dijo Mottaki, refiriéndose a la oferta de lo que serían las primeras conversaciones desde que se rompieron los vínculos diplomáticos, hace 26 años.
"Quizás querían cubrir sus crímenes en la región. En primer lugar, Estados Unidos debería responder por sus crímenes en Irak, Afganistán, las prisiones de Guantánamo y (la cárcel) de Abu Ghraib (en Bagdad), añadió.
El rechazo de Irán a cesar el enriquecimiento de uranio, en concordancia con las exigencias del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), lo expone a sanciones.