CIUDAD DEL VATICANO.- Una delegación oficial del Vaticano se encuentra en Beijing para reunirse con personalidades del gobierno chino, informó hoy la agencia vaticana "Asianews", que precisó que aunque la Santa Sede "no espera mucho de la misma, considera importante mantener abiertas las puertas".
La delegación está encabezada por el prelado Claudio Cellis, considerado un experto en las relaciones entre Roma y Beijing y un "veterano" en visitas a la capital china, y de la misma forma también parte Gianfranco Rota Graziosi, de la Secretaria de estado vaticana.
Los representantes vaticanos llegaron a Beijing el pasado domingo y permanecerán hasta el 1 de julio, precisó la agencia.
La visita se produce en un periodo de tensión entre la Santa Sede y China, debido a la ordenación por parte de Beijing de obispos sin el permiso de Roma, lo que ha sido duramente criticado por el Vaticano que lo considera un atentado a la libertad religiosa.
"Asianews" señaló que los observadores vaticanos ven de diferente manera la visita y que mientras unos la consideran un "paso hacia adelante" para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, otros la ven simplemente como "una buena señal, pero de la que no hay que espera mucho".
El cardenal de Hong Kong, Joseph Zeng, por su parte, la calificó, según la agencia vaticana, de un "gesto amistoso, pero no espero un progreso rápido en el diálogo".
El Vaticano y China continental no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951, después de que el Papa excomulgara a dos obispos designados por el Gobierno de Beijing, que a su vez expulsó al nuncio apostólico, que se estableció en la isla de Taiwán.
Un año antes, el líder comunista chino Mao Zedong había creado la Iglesia Patriótica, subordinada al control del Estado.
Para restablecer relaciones Beijing exige que el Vaticano rompa relaciones diplomáticas con Taiwán y deje de "interferir" en los asuntos internos de China.
Actualmente, existen en la China comunista unos 5,2 millones de católicos miembros de la Iglesia Patriótica y entre ocho y diez millones de católicos fieles a Roma.