IRKUTSK.- Casi 140 personas perecieron el domingo, entre ellas cinco tripulantes, en el siniestro de un Airbus A310 ruso que se estrelló e incendió con 200 ocupantes al aterrizar en Irkutsk (Siberia), debido a una avería en el sistema de frenado, según una fuente de la comisión investigadora.
Doce extranjeros -tres alemanes, dos polacos, dos azerbaiyanos, dos bielorrusos y tres chinos-, se encontraban a bordo del aparato, anunció la compañía propietaria, Sibir, también llamada S7.
Una avería en el sistema hidráulico del mando de los frenos del Airbus A310 causó la catástrofe, según una fuente de la comisión investigadora rusa citada por la agencia Ria Novosti.
"Las informaciones de que dispone la comisión en este momento muestran que después del aterrizaje y después de que se activara el inversor de empuje, el sistema de frenado dejó de funcionar, y que luego los otros mecanismos del sistema de desaceleración también se averiaron", declaró este responsable interrogado telefónicamente por la agencia rusa.
La fuente precisó que el aparato empezó a frenar antes de que el sistema dejara de funcionar.
La confusión reinaba en cuanto al número real de pasajeros, puesto que el ministerio de Situaciones de Emergencia había informado de que tres personas que se encontraban a bordo no figuraban en realidad en la lista de ocupantes.
Siete extranjeros se encuentran hospitalizados: dos polacos, dos bielorrusos, dos de los tres alemanes a bordo, y uno de los azerbaiyanos, precisó Sibir.
Catorce niños, de 12 años o menos, que iban a pasar unas vacaciones en la región del lago Baikal, cerca de Irkutsk, viajaban en el avión, según la compañía citada por agencias rusas. La célula de crisis sobre el terreno indicó que seis niños de menos de 12 años y una adolescente de 15 años ingresaron en el hospital.
El presidente ruso, Vladimir Putin, decretó el lunes jornada de duelo nacional para rendir homenaje a las víctimas.
El avión se salió de la pista cuando aterrizaba en el aeropuerto hacia las 08H00 locales (23H00 GMT del sábado), chocando primero contra un muro de hormigón y luego con varios hangares. Se pudieron oír dos explosiones y el aparato ardió en llamas desprendiendo una espesa humareda negra.
Sus reservas contenían una tonelada de carburante en el momento del aterrizaje, indicó la radio Echo de Moscú.
Quince horas después del accidente, se desconocía el número exacto de muertos. "Tenemos a 63 supervivientes", señaló a la AFP por teléfono un responsable local del ministerio de Situaciones de Emergencia.
Dicho de otra forma, al menos 137 personas habrían fallecido, si la cifra de 200 ocupantes, 192 pasajeros y ocho tripulantes, se confirma definitivamente.
Según el ministerio, 122 cuerpos fueron retirados de los restos del avión, 54 ocupantes resultaron heridos, entre ellos tres azafatas, con traumatismos craneales, fracturas, quemaduras o intoxicación por el humo.
Una mujer pereció en el hospital y un pasajero, en buen estado, pudo abandonar el centro sanitario.
La suerte de otras 23 personas sigue aún por dilucidar. Entre ellas, una decena habrían salido por su propio pie del avión siniestrado y otras cuatro que se encontraban en tierra, habrían sido hospitalizadas.
El ministro de Transportes, Igor Levitin, abandonó el domingo Moscú para viajar a Siberia y el presidente Putin solicitó que una comisión gubernamental sea enviada a la zona para determinar las causas del accidente.
La fiscalía de la región abrió por su parte una investigación criminal.
Por otro lado, las dos cajas negras del Airbus A310 fueron halladas y serán enviadas el lunes a Moscú, indicó a la prensa Leivitin.
El aparato que se estrelló el domingo había entrado en servicio en junio de 1987 y realizado 52.000 horas de vuelo, durante más de 10.000 trayectos, según un comunicado del constructor europeo Airbus, que envío a un grupo de expertos a Rusia para "prestar toda su ayuda técnica".