BAGDAD.- El Tribunal Penal Supremo de Irak juzgará a partir de mañana, lunes, por "genocidio" contra el pueblo kurdo al ex presidente iraquí Sadam Husein y a seis de sus asesores, incluido su primo Alí Hasan Al Mayid, conocido como "Alí el Químico".
El proceso se desarrollará en la llamada "zona verde", en el oeste de Bagdad, al igual que el primer juicio, inaugurado en octubre pasado contra el ex dictador y siete antiguos colaboradores en relación con la matanza de 148 chiitas en Duyail, en 1982, según fuentes judiciales.
Las fuentes no descartan que Sadam Husein sea condenado, posiblemente a muerte, por la matanza de chiitas en Al Duyail, durante la sesión del juicio prevista para el 16 de octubre próximo, es decir, antes de que termine el nuevo proceso.
Los cargos en el nuevo juicio se refieren a los ataques, incluso con armas químicas, lanzados contra el Kurdistán iraquí en la denominada campaña de "Al Anfal" (botín de guerra) en 1987 y 1988, en los que fueron asesinados miles de kurdos.
Se espera que el tribunal, que será compuesto por 5 jueces, escuche el testimonio de entre 120 y 130 testigos en el nuevo juicio, según fuentes estadounidenses en Bagdad, citadas hoy por la televisión Al Jazeera.
Además de Sadam y su primo, deberán comparecer el lunes ante el tribunal el ex ministro de Defensa Sultán Hashem Ahmad, entonces comandante de la operación "Al Anfal", y el antiguo director de los Servicios de Información Militar, Saber Abdelaziz Al Duri.
Los demás acusados son Husein Rashid al Tikriti, ex miembro del Mando General de las Fuerzas Armadas, Farhan Mutlak al Yaburi, antiguo jefe de los Servicios de Información Militares del norte del país y Taher Taufiq al Ani, que en aquel tiempo era gobernador de la provincia de Mosul.
La campaña "Al Anfal" fue lanzada al final de la guerra en la que Irak combatió contra Irán entre 1980 y 1988, y en la que los kurdos fueron acusados por el derrocado régimen basista de Bagdad de colaborar con el enemigo.
Sólo en la ciudad de Halabya, atacada con armas químicas en marzo de 1988, murieron unas 5.000 personas, entre ellas numerosos ancianos, mujeres y niños.
Según la organización Human Rights Watch (HRW), autora de la mayor investigación sobre "Al Anfal", al menos 100.000 kurdos murieron o desaparecieron en el norte iraquí entre 1987 y 1988, aunque la cifra aumenta hasta los 180.000 según las víctimas de la operación liderada por "Alí, el químico".
Al entonces secretario general del distrito norte del partido Baas se le acusa de haber recurrido a deportaciones, desplazamientos forzosos, campos de concentración y ejecuciones masivas, además de usar armas químicas y destruir más de 4.000 pueblos del montañoso Kurdistán, que quedó arrasado en cerca de un 80 por ciento.
La campaña "Anfal", de la que se conocen muchos detalles gracias a la numerosa documentación obtenida por la milicias kurda "peshmerya" tras la primera Guerra del Golfo, fue similar al genocidio nazi en cuanto a los métodos usados por los regímenes en el poder, según asegura HRW en un informe que publicó en 1993.
Muchos kurdos de entre 14 y 50 años, todos ellos considerados capaces de empuñar un arma, fueron secuestrados, torturados, desplazados y algunos de ellos ejecutados y enterrados en fosas comunes.
Sus familias no recuperaron nunca sus cuerpos y cuando cayó el régimen de Sadam, en abril de 2003, eran muchos los kurdos que esperaban que sus familiares desaparecidos a finales de los años 80 salieran de las cárceles del régimen, pero no estaban allí.