LA PAZ.- Las torrenciales lluvias caídas en Bolivia, provocadas por el fenómeno climático de "El Niño", han dejado 34 muertos y 51.692 damnificados en los últimos dos meses, según un balance de la Dirección Nacional de Emergencias del Servicio de Defensa Civil.
La rica provincia oriental de Santa Cruz, la más golpeada por las inclemencias del tiempo, ha quedado parcialmente aislada por el derrumbe de un neurálgico camino que la une con el occidente boliviano, informó el director nacional de emergencias, coronel Gonzalo Lora.
Hay 34 fallecidos por ahogamiento, derrumbes de casas, deslizamientos y otros siniestros causados por las lluvias, según un balance divulgado este miércoles por el matutino La Prensa.
Los gobiernos de Estados Unidos y España han reaccionado con muestras de solidaridad, otorgando unos 600.000 dólares en materiales para paliar los efectos de los aguaceros que desde hace dos meses no han parado de caer sobre este país, particularmente en el centro y el oriente.
Asistencia insuficiente
Pese a los esfuerzos de la gobernación de Santa Cruz y la ayuda externa, la asistencia a los damnificados es insuficiente, por lo que algunos indígenas pobres han tomado temporalmente un pozo petrolero administrado por la española Repsol, en la población de Yapacani, a 1.000 km al este de La Paz, como medida para llamar la atención del Gobierno, informó el matutino El Deber.
En el occidente de Bolivia se presenta la otra cara de la medalla: las gobernaciones de La Paz y Oruro han reportado heladas y sequías que han destruido cultivos, cuya superficie no ha sido aún cuantificada.
El prefecto del departamento de La Paz, José Luis Paredes, lanzó una campaña pública para juntar víveres para las personas que sufren los efectos climáticos.
Las lluvias también han provocado la declaración por parte de las autoridades de una "alerta sanitaria", al detectarse en las últimas semanas 299 casos de dengue, cinco de ellos del tipo hemorrágico que dejó un fallecido en el departamento oriental de Santa Cruz.