NAIROBI.- El ex Secretario General de las Naciones Unidas y mediador de la crisis política keniana Kofi Annan anunció hoy que no habrá un recuento de votos de las pasadas elecciones generales en Kenia, al tiempo que instauró un bloqueo informativo entre los negociadores del Gobierno y de la oposición y los medios.
Annan acudió al Parlamento keniano para informar a los diputados sobre el estado de las negociaciones entre el ejecutivo y el Movimiento Democrático Naranja (ODM) y explicó a la Asamblea los acuerdos logrados hasta la fecha sobre el cese de la violencia en el país y las medidas adoptadas para subsanar la crisis humanitaria que ha provocado el desplazamiento de más de 300.000 personas.
El principal escollo que separa a la oposición y al Gobierno deriva directamente del anuncio de los resultados de las elecciones del 27 de diciembre que dieron la victoria al presidente keniano, Mwai Kibaki, en detrimento del jefe de filas del ODM, Raila Odinga, quien no ha reconocido el triunfo de su rival y denuncia las irregularidades cometidas durante el escrutinio y recuento de votos.
"Es demasiado pronto para saber lo que de verdad sucedió", dijo Annan respecto a los resultados electorales, a la par que anunció la creación de una comisión especial para analizar el desarrollo de los comicios en los que, según la oposición y observadores de la Unión Europea (UE), se registraron numerosas irregularidades.
"Algunos miembros de la comisión serán extranjeros y deberán publicar el resultado de sus investigaciones catorce días después de que concluya el mandato de seis meses (del actual presidente)" dijo Annan.
El ex Secretario General de las Naciones Unidas decidió también trasladar las conversaciones a un lugar secreto a fin de establecer un bloqueo informativo entre los dos equipos negociadores y la prensa para, según afirmó, "escapar de la presión mediática y poder alcanzar un acuerdo en un ambiente de serenidad".
Se piensa que Annan y los equipos negociadores se trasladarán al Country Club de Naivasha, situado a 60 kilómetros al oeste de Nairobi, lugar tradicionalmente utilizado por la clase política keniana para llevar a cabo negociaciones delicadas.
Un miembro del entorno de Annan explicó que "se trata del último cartucho (del diplomático) para lograr un consenso político antes de que expire el plazo establecido".
Ambas partes se comprometieron hace dos semanas a llegar a un acuerdo básico antes del viernes 15 de febrero, pero mantienen sus posiciones intransigentes respecto de la legitimidad de la presidencia de Kibaki, epicentro de la crisis que ha desatado un conflicto político y tribal y la muerte de más de mil personas en menos de un mes.
El Gobierno pretende que Kibaki siga siendo Jefe de Estado y del Ejecutivo. La oposición, por su parte, desea la creación del cargo de Primer Ministro así como la designación de dos adjuntos, cargos reservados a Odinga y sus acólitos del partido.
El ODM pide asimismo la mitad de los ministerios y la garantía de que no serán cesados por el Presidente.
Se niega, por otra parte, a aceptar la petición gubernamental de ejercer de "oposición oficial" durante dos años y tampoco reconoce al vicepresidente, Musyoka Kalonzo, líder del también opositor Movimiento Democrático Naranja de Kenia (ODM-Kenia), nombrado por Kibaki a principios de año.
La comitiva de Annan comentó a EFE que, "definitivamente, las negociaciones han entrado en su fase decisiva y esta semana sabremos si hay acuerdo o no".
En juego está también el futuro económico del país, comentaron a su vez representantes de la industria y el comercio kenianos. "Los negocios van mal", Michael Joseph, presidente de la patronal keniana, quien aseveró que "por el bien de todos, el Gobierno y la oposición tienen que salir de la sala de negociaciones con un acuerdo, de lo contrario afrontaremos una catástrofe".