WASHINGTON.- Los científicos de la NASA se preparaban febrilmente el sábado a pocas horas del riesgoso descenso de la sonda estadounidense Phoenix sobre la superficie de Marte.
"Vamos a una fascinante zona del planeta que nunca fue explorada", explicó a la prensa Peter Smith, principal investigador de la misión Phoenix en la Universidad de Arizona.
"Estoy un poquito nervioso por dentro (...) Esto no es tarea fácil", admitió el científico en referencia al proyecto de 420 millones de dólares de la agencia espacial estadounidense, que debería posarse el domingo sobre el planeta rojo.
"Hay muchas incertidumbres (...) Marte está siempre allí para plantearnos esas incertidumbres", añadió Doug McCuistion, director del Programa de Exploración de Marte de la NASA.
Los científicos han calificado de "los siete minutos más aterradores de la misión" el periodo que durará la hiperdesaceleración y descenso de Phoenix sobre la superficie marciana.
El objetivo de la sonda es perforar el suelo y el hielo del planeta rojo, donde las temperaturas van de 73 grados Celsius a 33 grados bajo cero (-33ºC), usando instrumentos científicos para analizar las muestras.
"Nuestra meta es tomar una cucharada colmada de ese suelo helado" en busca de signos de posibles formas de vida pasada o presente, añadió.