BUCAREST.- El Gobierno rumano anunció hoy jueves la aportación de 2,5 millones de euros para construir la polémica catedral ortodoxa de la Redención del Pueblo Rumano, un fastuoso proyecto estimado en 400 millones de euros que dotará a Bucarest del templo más alto de sudeste europeo.
Según un comunicado, la iglesia ortodoxa pagará el resto de esa cantidad con fondos propios y donaciones. Esta iniciativa y la participación del Ejecutivo en el proyecto han provocado numerosas críticas de parte de la sociedad civil.
Intelectuales y arquitectos denuncian el gasto desmesurado en un momento de severa crisis y lo mastodóntico de un proyecto urbanístico que a muchos recuerda la megalomanía del dictador comunista Nicolae Ceausescu.
Un grupo en la red social "Facebook" con el nombre "No es el momento para una catedral de 400 millones" tiene más de 26.000 seguidores y el dirigente de la Orden de Arquitectos de Rumanía Visan Viorel Atanasiu considera que el proyecto será un "fracaso urbanístico y arquitectónico".
La iglesia ortodoxa insiste en que la inversión "fortalecerá la solidaridad, la cooperación y la vida espiritual de los fieles" para "superar cualquier tipo de crisis", y ha asegurado que no afectará a su red de beneficencia.
Las obras del templo, ubicado en una zona céntrica de Bucarest y que tendrá una capacidad para 5.000 personas, cinco veces más que la actual catedral, comenzarán en agosto y durarán al menos cuatro años.
Su altura será de 120 metros -la de un edificio de unos 30 pisos- y tendrá 38.000 metros cuadrados de superficie y en la explanada frente al edificio podrán congregarse hasta 125.000 fieles.
Pese a que no existe una religión oficial y el Estado está obligado por ley a ser neutral ante todos los cultos, la iglesia ortodoxa recibe un trato favorable en los presupuestos generales, las escuelas y otros ámbitos de la vida pública.