ONAGAWA, Japón.- Ciento veinte kilómetros al norte de las instalaciones nucleares de Fukushima, la central atómica de Onagawa, también afectada por el terremoto y tsunami del 11 de marzo, preocupa a los vecinos, algunos de los cuales estudian la posibilidad de partir definitivamente de la zona.
La planta, situada en una bahía de la Península de Ojika, dejó de funcionar después de esta doble catástrofe, a la cual sobrevivió con daños limitados y un principio de incendio que rápidamente fue extinguido.
La empresa que lo explota, Tohoku Electric Power, sostiene que sus tres reactores no son peligrosos.
La temperatura del combustible está bajo control, afirma, y el nivel de las radiaciones es "relativamente bajo".
Sin embargo, estas declaraciones no bastan para calmar a los habitantes, que temen "otro Fukushima".
Su preocupación se debe también a la falta de vigilancia independiente de la tasa de radioactividad ambiente.
Tohoku Electric Power, por su parte, afirma que su material funciona y que no hay nada anormal en el aire.