El "horror" de la guerra en Siria que dejó al descubierto el video del rebelde caníbal

SANTIAGO.- Un video que muestra a un soldado rebelde de la localidad siria de Homs, en el que aparece desgarrando con un cuchillo un órgano desde el cadáver de un combatiente leal al régimen, para luego llevárselo a la boca y exhibirlo como trofeo de guerra, es quizás el reflejo más extremo de lo que actualmente ocurre en Siria, sumida desde hace más de dos años en un cruento conflicto civil.

Si bien el hecho, calificado como "canibalismo", fue ampliamente condenado por las propias fuerzas opositoras, así como por la comunidad internacional y organismos de derechos humanos, reveló la parte más dura y cruel de la guerra civil que protagonizan leales y opositores al régimen de Bashar al-Assad, que ha provocado más de 80 mil muertes.

Porque este macabro episodio no es el único que se ha conocido durante los últimos meses en esa nación. También se cuentan innumerables denuncias de utilización de armas químicas por parte de las fuerzas en disputa y, si bien Naciones Unidas (ONU) ha aclarado que aún no hay certeza de esta situación, existen serias sospechas de que se ha utilizado ese método de destrucción durante las batallas.

A estas situaciones, se suman las numerosas matanzas que han protagonizado tanto los leales al régimen como el ejército de rebeldes. En el último tiempo se han multiplicado las imágenes que muestran cuerpos apilados en plena calle, que en muchos casos corresponden a civiles que no participaban activamente en el conflicto.

Sin ir más lejos, a mediados de esta semana se difundió la cruel ejecución de varios leales al Mandatario sirio, llevada a cabo por un grupo de islamistas rebeldes, ligados a Al Qaeda.

Menos respeto a los códigos de guerra

Pero aunque la guerra siempre es cruel, la frecuencia de estos atroces episodios no sería azarosa. Según explica el docente de la Academia de Guerra del Ejército y magíster en Seguridad y Defensa , teniente coronel (r) Mario Polloni, las guerras civiles propician, en mayor medida que los conflictos armados entre estados, que ocurran atentados de lesa humanidad, ya que hay menor apego al derecho internacional y los combatientes no respetan los códigos de guerra.

"No hay duda de que la guerra civil permite que ocurran este tipo de crímenes", afirma el experto. En esa línea, explica que "los ejércitos que responden a directrices y a políticas de un Gobierno democrático, con reglas claras –que son los que participan en las guerras entre estados–, salvo excepciones, tienen instrucción y entrenamiento sobre comportamiento legítimo y legal en conflictos armados".

Esto a diferencia de lo que ocurre en un conflicto civil, "donde las fuerzas que ahí participan no necesariamente responden a los mismos cánones de instrucción, de entrenamiento, de moralidad y de respeto a un orden jurídico establecido".

Por esa razón, afirma que "las consecuencias de los conflicto civiles son mucho más dramáticas en términos de violaciones a los derechos humanos o al derecho humanitario, respecto de lo que ocurre cuando se enfrentan dos fuerzas militares que responden a cánones democráticos, políticos y jurídicos".

"Lo que está ocurriendo con las escenas dramáticas que estamos viendo (en Siria), no son métodos lícitos, sino que son claramente crímenes de guerra y éstos son sancionados por el derecho internacional humanitario", remarca.

Sin embargo, indica que los organismos internacionales tienen más limitaciones y menos garantías para poder actuar en medio de un conflicto de estas características. "Los tribunales internacionales no van a poder actuar hasta que se generen los mecanismos para poder juzgar a los eventuales responsables ante los tribunales", explica.

Ningún bando da garantías

Lamentablemente, según proyectan los analistas, estas atrocidades estarían lejos de terminar. El profesor del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, Eugenio Chahuán, estima que la situación en Siria parece no tener una solución a la brevedad.

"Si uno analiza los actores que están en beligerancia, el futuro de Siria se ve bastante complejo y, lamentablemente, esto puede llevar a Siria a convertirse en un Estado fallido y se puede producir el caos que en estos momentos reina en Libia o en Irak", señala.

Argumenta que los dos sectores en conflicto "no dan garantías" y que "no se ve un interlocutor que sea capaz de conducir un proceso de transición hacia un cambio político". "Por una parte, la oposición está atomizada, hay sectores bastante desregularizados y con vinculaciones complejas con grupos como Al Qaeda. Y por otra parte, un Gobierno que se aferra a seguir con prácticas represivas contra la población civil", detalla.

En síntesis, afirma que "estamos en una situación de diálogo de sordos, donde la violencia se está convirtiendo en el único componente que está actuando en la región y lo que ha significado más de 80 mil víctimas en el conflicto".