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Se agudiza crisis del gobierno de Rousseff por diferencias con principal partido aliado

La Presidenta de Brasil estudia reformar su gabinete para ampliar la presencia del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), con el que sus relaciones están deterioradas.

19 de Marzo de 2015 | 11:16 | DPA
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Reuters

RÍO DE JANEIRO.- En medio de la crisis económica, de las protestas masivas contra su gobierno y de la fuerte caída de su popularidad, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se enfrenta hoy a un problema más: el deterioro de las relaciones con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

Según los analistas, Rousseff estudia realizar una reforma de gabinete para ampliar la presencia en su gobierno del PMDB, que es el principal socio de su Partido de los Trabajadores (PT) en la coalición gubernamental y así intentar recuperar el apoyo de la agrupación centrista.

La posibilidad de una reforma de gobierno sólo tres meses después de la investidura de Rousseff en su segundo mandato fue admitida por primera vez anoche por el vicepresidente Michel Temer -también del PMDB-, en una entrevista al canal GloboNews.

La crisis se agudizó este miércoles, cuando el nuevo ministro de Educación, Cid Gomes, debió renunciar al cargo poco después de protagonizar roces con el poderoso presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, uno de los principales exponentes del PMDB.

En declaraciones ante los diputados, Gomes sostuvo que parte de los legisladores oficialistas "extorsionan" al gobierno para obtener más cargos y recursos.

"Los partidos opositores tienen el deber de hacer oposición. (Pero) partidos oficialistas tienen el deber de ser oficialistas. Si no, deben salir del gobierno", disparó el hasta ahora ministro.

Además, acusó directamente a Cunha de ser uno de los diputados que "extorsionan" al gobierno y se refirió en términos duros al PMDB, aunque sin nombrar al partido.


"Algunos crean dificultades para conquistar un ministerio más. Había un partido que tenía cinco (ministerios). Creó dificultades y conquistó el sexto. Ahora quiere el séptimo. Querrá el octavo. Querrá la Presidencia de la República", expresó.


Minutos después de los roces en la Cámara, Gomes presentó su pedido de renuncia a Rousseff, que lo aceptó de inmediato. Cunha, que había anunciado que abriría un juicio contra el ministro, anunció a sus pares su salida del gobierno antes aún de que el hecho fuese confirmado por la Presidencia.


Según los analistas políticos, el caso de la dimisión de Gomes revela el creciente poder de Eduardo Cunha, quien llegó a la presidencia de la Cámara Baja en febrero, derrotando por amplio margen al candidato del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, Arlindo Chinaglia.


"Cada vez más fortalecido, Cunha se afianzó como una especie de derribador-general de la República. La cabeza de Cid (Gomes), el Breve, se convirtió en un nuevo trofeo en su estante. Para la presidenta, la mala noticia es que él sólo piensa en aumentar su colección", disparó hoy el columnista político Bernardo Mello Franco, del diario "Folha de Sao Paulo".


A su vez, el historiador británico Kenneth Maxwell afirmó que la crisis, combinada con la creciente presión de la oposición a Rousseff reflejada en las multitudinarias protestas del domingo y con la escasa habilidad de negociación política de Rousseff, representan un desafío para el mismo sistema democrático restablecido en Brasil en 1985, tras 21 años de dictadura militar.


"Es muy prematuro prever un cambio de régimen. Pero no para apuntar que Brasil enfrenta su más serio desafío de gobernanza desde que la democracia fue restaurada, hace 30 años", dijo Maxwell, en un artículo que publica hoy el diario "Folha de Sao Paulo".  

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