BEIJING.- Filas de hasta 100 kilómetros se forman desde hace un mes en una ruta que conecta a Beijing con El Tíbet, obligando a los automovilistas a permanecer nueve días ante el volante para llegar a su destino.
El problema comenzó el 14 de agosto, cuando una carretera vecina, usada normalmente por los camiones, fue cerrada para trabajos de reparación, lo que saturó a la ruta alternativa.
Irónicamente, el caos tiene tal magnitud que también las máquinas viales quedaron atrapadas, y las autoridades no logran abrirles paso para que puedan salir de la ruta, con el objeto de aliviar la situación.
Los únicos beneficiarios del panorama, han sido los habitantes de localidades y pueblos aledaños a la ruta, aprovechando el alto flujo de gente para vender toda clase de productos y organizar actividades recreativas, como presentaciones musicales y torneos de barajas.