PARIS.- "Le Fabuleux destin d'Amélie Poulain", cumplió ayer las expectativas al convertirse en la película más galardonada en la ceremonia de los "César" del cine francés, con cuatro estatuillas, pero no arrasó, tuvo que compartir la gloria y su destino ahora está en los "Oscar" por los que compite.
La Academia francesa consideró, en esta vigésima séptima edición de entrega de sus premios que "Amélie" fue la mejor película de 2001, y también fue agraciada con los galardones al mejor director (Jean Pierre Jeunet), la mejor música (Yann Tiersen) y el mejor decorado (Aline Bonetto).
Pero el fenómeno social generado por la historia de la jovencita del barrio de Montmartre, encarnada por Audrey Tautout, tuvo que compartir la gloria de la velada con "Sur mes levres", de Jacques Audiard, y "La chambre des officiers", de Francois Dupeyron, que lograron tres y dos estatuillas respectivamente.
En "Sur mes levres", la Academia recompensó a Emmanuelle Devos, como mejor actriz (que rompió los pronósticos que daban como favorita a Tautou), a Jacques Audiard y Tonino Benacquista como mejor guión original y a Marc Antoine Beldent, Pascal Villard y Cyril Holtz por el mejor sonido.
En "La chambre des officiers", los miembros del jurado premiaron a André Dussonier como mejor actor de reparto y a Tetsuo Nagata por la fotografía.
Otro de los grandes "César", el del mejor actor, se lo quedó Michel Bouquet, por "Comment j'ai tué mon pere".
A pesar de las exageradas expectativas que se habían puesto en "Amélie", Jeunet se lleva el tercer "César de su carrera como director, por el que competía con Jacques Audriard por "Sur mes levres", Patrice Chéreau por "Intimité", Francois Dupeyron por "La chambre des officiers" y Francois Ozon por "Sur le sable".
El premio quizás más indiscutible de su cinta fue el de la mejor música, para Yann Tiersen, cuya melodía ha tenido un éxito que ha saltado las barreras de las salas de cine, como lo muestran las 600.000 copias vendidas y los timbres de muchos teléfonos móviles.
"Amélie" es, en parte por eso mismo, el mayor éxito comercial del cine galo en 2001, y acumula muchos y variados galardones desde su estreno el pasado 25 de abril, el último de ellos su designación esta semana como mejor cinta de 2001 por la Academia de las Luces, integrada por la prensa extranjera en Francia.
Antes de ayer ya triunfó en los premios del Cine Europeo en Berlín, se llevó el "Goya" español a la mejor película europea, y también fue la más apreciada por los críticos en su propio país.
La han visto más de 18 millones de espectadores, la mitad fuera de Francia, lo que muestra que la jovencita Audrey Tatou y el co protagonista, Mathieu Kassovitz, han cautivado, con el resto del reparto, al público más allá de los límites del "hexágono".
Su palmarés puede seguir completándose con éxitos, ya que es candidata a cinco "Oscar" -mejor película en lengua extranjera, guión original, dirección artística, fotografía y sonido-, el mayor número alcanzado nunca por un filme francés.
El "César" a la mejor primera obra de ficción fue a parar a "No man's land", de Danis Tanovic, una película que cuenta el sinsentido de la guerra al poner en escenario una situación en que dos combatientes opuestos del conflicto bosnio se ven obligados a compartir una trinchera entre dos fuegos en tierra de nadie.
El filme del director bosnio ya había conseguido el premio del mejor guión en el Festival de Cannes y es candidato al "Oscar" a la mejor película extranjera.
Precisamente, la mejor película extranjera para la Academia francesa fue "Mulholland drive" de David Lynch.
La presidenta de la ceremonia de los "César", Nathalie Baye, se felicitó de que 2001 haya sido para la cinematografía gala un año con "tantos éxitos y tantas buenas películas", y recordó que "somos el único cine del mundo que no se ha detenido en la llama de su pasión" durante su siglo pasado de existencia.
Entre el público había varios miembros del Gobierno, encabezados por el Primer Ministro, Lionel Jospin, la ministra de Cultura, Catherine Tasca, y el titular de Educación, Jack Lang.