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Julio Iglesias: "A Chile volveré hasta después de muerto"

El cantante español ofrecerá esta noche un único concierto en el país, en el Teatro Municipal de Viña del Mar.

10 de Abril de 2004 | 16:36 | Marisol García, El Mercurio en Internet
Foto: Alejandro Carballal
El alcalde Jorge Kaplán proclama a Iglesias "hijo ilustre" de Viña del Mar.
VIÑA DEL MAR.- A 35 años de haberla mostrado por primera vez en Chile, la sonrisa de Julio Iglesias sigue siendo capaz de encandilar a quien se le ponga al frente. Los dientes más blancos de la canción española ya se pasean por la Quinta Región, a la espera de un concierto que tiene a parte de la comunidad viñamarina expectante y nerviosa, y que ha agotado las 1.200 entradas puestas a la venta a un precio récord, de hasta 200 mil pesos.

En una conferencia de prensa organizada esta tarde en el hotel O´Higgins, el hombre de "La vida sigue igual" se mostró gentil y convencido cuando proclamó su regreso a Chile como un "hito" en su actual momento profesional.

—Ustedes se van a preguntar por qué no vengo más a Chile y yo les digo que nunca los he olvidado, que siempre he tenido la conciencia de volver. Les digo: yo pienso volver después de muerto.

Paciente, el cantante español apenas pudo hilar un par de ideas ante los gestos de emoción de los presentes. El alcalde Jorge Kaplán lo proclamó "hijo ilustre de Viña del Mar" y recordó su primera visita a la ciudad, para el Festival de 1969. El gerente general de la institución bancaria que auspicia su visita lo saludó de beso en la mejilla, y el director de su compañía discográfica (Sony) le entregó un galardón que acredita haber vendido un millón de discos tan sólo en Chile. Todo era elogios alrededor de un hombre que fue introducido como "un perfeccionista de corazón", preso de una "irremediable condición de artista".

Con traje oscuro, corbata azul y un bronceado importado de su casa en Punta Cana, Julio Iglesias acudió a sus palabras de encantador de masas para saludar "a un país que para mí está lleno de recuerdos, por su gente generosa".

—Viña del Mar marca para mí un punto y aparte en mi carrera. Fue aquí, sentado en las escaleras, que yo veía pasar a todos los artistas y todas las gentes, cuando recién me iniciaba en la música. Y hoy vuelvo y me encuentro con lo mismo.

Las cosas no siguen exactamente igual en Viña, ni tampoco para Julio Iglesias quien, ya convertido en una figura de éxito global, hoy debe repartir su tiempo con la premura de quien tiene apenas 24 horas para hacer prueba de sonido, ofrecer un concierto que promete ser extenso y partir mañana mismo. "Lo único que ha cambiado es que, cuando hay muchas escaleras, ahora me lo pienso", reconoció el cantante de 60 años y siete hijos, quien no venía al país desde 1991.

Treinta y cinco personas acompañan a Julio Iglesias en esta nueva visita a Chile, ocho de ellas, los músicos con quienes recreará parte de su cancionero histórico, probablemente más cargado a la nostalgia dada su larga ausencia. El más reciente disco de Iglesias es Divorcio, un trabajo de predecible pop, muy lejos de las cumbres construidas en los años 70 y 80 junto a compositores como Manuel Alejandro. El mismo Iglesias describió al álbum como "un disco de paso, de entretención", porque cuando hay que ser autocrítico el español puede ser bastante sincero: "Hice dos películas en mi vida, las dos malísimas. La mía debe ser la carrera actoral más catastrófica de ningún cantante en la historia".

Los recuerdos chilenos poblaron la charla de un hombre que asegura haber visto "varias veces" a Pablo Neruda en la Plaza de Viña, encendiendo discursos políticos "a los que nadie le ponía atención".

—¿Cómo no voy a estar agradecido de un país que ha ayudado no sólo mi carrera, sino también la de mis hijos, de mi familia completa. Yo le canté a sus abuelos, sus abuelas y sus madres. Y les digo: les cantaré también a ustedes y a sus hijos.

—¿En qué quedó eso de ponerle Chile a uno de tus hijos?

—Bah, es que los artistas somos unos mentirosos. No le vas a poner Chile a tu hijo si no quieres que tu mujer te pida el divorcio, ¿no?

Hacia el final del encuentro, tensionado parcialmente por la presencia de decenas de fans que desde afuera gritaban "¡Julio, Julio!", el cantante guardó una breve reflexión para las víctimas de los recientes atentados en Madrid:

—La reacción del pueblo español es el reflejo de los actos terroristas que hemos tenido por años en España. Son cosas que cambian la vida social, que instalan el miedo y te impiden vivir con libertad. Y que también afectan la economía, porque Europa ya no puede ser visto como un continente tranquilo.
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