"El Quitasol" de Francisco de Goya, 1777. |
BERLÍN.- La ministra española de Cultura, Carmen Calvo, y su homóloga alemana, Christina Weiss, inauguraron hoy en la Antigua Galería Nacional de Berlín una exposición antológica del pintor español Francisco de Goya sin parangón, ya que reúne la mitad de las obras del artista que se encuentran en manos de coleccionistas privados.
El presidente de la Asociación de Amigos de la Galería Nacional, Peter Raue, destacó ante los asistentes a la inauguración que "el mayor de los snobs no podrá decir que ya había visto todo lo que está en esta muestra, porque conoce bien el (Museo del) Prado".
En Berlín se exhiben casi la mitad de las obras que están en manos de coleccionistas privados, incluidos dos retratos realizados durante la breve estancia de Goya (Fuendetodos, Zaragoza 1746 - Burdeos, Francia 1828) en París al final de su vida, que sólo se mostraron una vez al público, en el año 1900.
La ministra española de Cultura subrayó el esfuerzo que supone para los museos y los coleccionistas renunciar temporalmente a las obras, particularmente para los primeros, en un periodo del año de gran afluencia de visitantes, como es el estival. Afirmó, sin embargo, que este esfuerzo, "queda compensado por la alegría y el interés de la recepción en Berlín".
El presidente del Patronato del Museo Nacional del Prado, Rodrigo Uría, abundó en ese sentido, al asegurar que "si Goya es un regalo para Berlín, Berlín es un regalo para Goya". Ninguna ciudad, añadió, "ha vivido tanto la guerra, ha luchado más por la libertad y, en los últimos años, se ha convertido en ejemplo de modernidad, creatividad, juventud y pasión".
"¿Qué podíamos traer a los berlineses y a Berlín mejor que a Goya?", dijo Uría, antes de señalar "el odio a la guerra, la búsqueda de la libertad y el amor de la fealdad" que caracterizan a Goya y que son "cualidades que los rodean a todos ustedes". Calvo también subrayó que entre "la estética más trágica y oscura del Goya es compartida por el arte alemán".
A lo largo de los discursos quedó patente la dificultad y el esfuerzo por reunir más de 130 obras, cuadros, tapices, dibujos, grabados, en la mayor muestra de Goya realizada en el mundo de habla alemana, pero también la satisfacción de haberlo logrado, por lo que supone para la relación entre los museos implicados e incluso para la identidad europea.
El director del Kunsthistorisches Museum de Viena, Wilfried Seivel, tras señalar que éste es el mayor proyecto artístico de colaboración llevado a cabo entre su museo y el de Berlín, declaró que acontecimientos como éste son los que fortalecen el fundamento de Europa y "desarrollan el sentimiento de identidad"
El director general de los Museos Nacionales de Berlín, Peter-Klaus Schuster, constató la paciencia con la que la capital alemana ha estado esperando a Goya desde que lanzó la invitación al Prado tras la exposición de Kaspar David Friedrich en 1992, a lo que Uría contestó que "nunca es tarde si la dicha es buena".
La comisaria de la exposición, Manuela Mena, afirmó que las dificultades habían sido muchas, pero que la exposición muestra "toda la variedad y riqueza de Goya...que no es ya el pintor de un grupo, sino un artista universal para una audiencia globalizada".
El acto de inauguración de la exposición, que lleva por título "Goya, profeta de la modernidad", demostró que el artista español sigue suscitando debates, pues el historiador del arte Werner Hofmann abrió una nueva polémica al señalar que más que aplicar esta definición para el artista habría que presentarlo como un exponente de la paradoja propia de otros genios españoles, como los escritores del Siglo de Oro, Pedro Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, y Miguel de Cervantes, o el pintor Diego Velázquez.