SAN SEBASTIÁN.- Varios se fueron durante la proyección. Otros se quedaron hasta el final, pero no les gustó. Pero muchos quedaron encantados con lo que vieron. Una vez más, Terry Gilliam dividió al público.
En esta ocasión lo hizo con "Tideland", que presentó hoy a concurso en el Festival de San Sebastián. Como suele ocurrir con las películas del ex integrante de los Monty Python, tampoco la historia de una niña que recurre a su enorme imaginación para enfrentar una realidad terrible dejó indiferente a nadie.
Sin embargo, no todos los espectadores pudieron seguir a la peculiar protagonista al mundo de fantasía al que huye, en el que unas cabezas de muñecas son sus mejores amigas, su padre muerto es embalsamado por una ex novia delirante y un epiléptico retrasado se convierte en su novio.
Como en "Alicia en el país de las maravillas", libro al que se hace constante referencia, "Tideland" es la historia "de una niña que cae en otra forma de contemplar el mundo", explicó Gilliam.
"Sobrevive, resiste con la imaginación. Creo que los niños son fuertes porque pueden volver a inventar el mundo y convertirlo en algo maravilloso", dice el director de "Brazil", "12 monos" y "Miedo y asco en Las Vegas".
"El mundo está ahí y es mágico, pero la mayoría de la gente no lo ve. Me gusta fomentar que la gente apague el televisor y se vaya al bosque a imaginar cosas", afirmó.
Al director estadounidense no le preocupa que haya habido gente que se saliera de la sala: "No es fácil de ver. Si tienes los ojos y la mente abierta sí, pero la gente fue educada para recibir todo el trabajo ya hecho. Creo que es una película extraordinaria, pero hay que verla con ojos de niño. Si no, ni entres".
La película se sostiene sobre todo en el trabajo de la actriz Jodelle Ferland, que tenía nueve años y medio en el momento del rodaje. "Es extraordinariamente inteligente. Yo simplemente la seguía. Los niños son mucho más sabios que nosotros", comentó el realizador.
Otra vez en escena
Tras siete años sin estrenar película, Gilliam, de 64 años, tiene ahora dos trabajos en el mercado. "El secreto de los hermanos Grimm", un proyecto más comercial, con Matt Damon y Heath Ledger como protagonistas, acaba de ser presentada en Venecia.
"Después del fracaso de mi proyecto sobre el Quijote, me costaba mucho conseguir dinero para 'Tideland'. Por eso decidí hacer primero 'Los hermanos Grimm', pero enseguida apareció la financiación para 'Tideland'. Así es como ahora tenemos dos películas al mismo tiempo", detalló.
La segunda cinta de la jornada fue la eslovena "Gravehopping" ("De fosa en fosa"), de Jan Cvitkovic, protagonizada por Gregor Bakovic. Se trata de una comedia que se transforma en tragedia, lo que desconcertó un poco al público.
La trama, centrada en un recitador de discursos funerarios, se inicia como una comedia de personajes curiosos -un abuelo suicida, una joven sadomasoquista, otra sordomuda - y arrancó muchas carcajadas al público.
Pero súbitamente lo que ocurría en la pantalla dejó de divertir y el final dejó impactados a los espectadores.
"La idea básica era hacer una comedia, pero fue hace muchos años y yo fui cambiando. Estuvimos montando un año y tres meses y cada semana quería hacer otra película. De todas maneras, el cambio de género no debería ser un problema", explicó Cvitkovic, galardonado en Venecia con el León del Futuro por su ópera prima "Pan y leche".
Una tercera película se proyectará hoy en San Sebastián, la brasileña "O veneno da madrugada", del veterano director Ruy Guerra, basada en la novela "La mala hora", del colombiano Gabriel García Márquez.