Marcelo Contreras
Aparecieron unos tipos de blanco. Simulaban la apariencia de los médicos: albo delantal y una lucecilla sostenida en un cintillo sobre sus cabezas. Revoloteaban en el escenario como auscultando los instrumentos, mientras la sala casi al tope del teatro Teletón, la noche del martes 4, esperaba con paciencia la irrupción de Alan Parsons Project.
Media hora después de lo anunciado, el músico inglés que tuvo a su cargo The dark side of the moon de Pink Floyd, apareció en escena con un abrigo digno de "El barón Münchhausen" de Terry Gilliam.
"Return to Tunguska" fue el primer tema con Alan Parsons al micrófono y su voz procesada hasta la deformación total. Luego, la fidelidad completa. Porque si hay algo que le importa al británico es reproducir con rigor absoluto clásicos como "Time" y "Don’t answer me". Cada réplica fue el férreo reflejo del frío sonido del pop progresivo que marcó su trabajo hace más de 20 años. El público celebró el viaje con un boleto hacia canciones anudadas al tiempo con la compostura de la corbata de oficinista.