Cristián Campos (en la foto) vuelve a Canal 13 luego de estar tres años inactivo en la actuación. Protagonizará a un hombre lobo en ''Feroz''.
Canal 13.SANTIAGO.- A partir de marzo, Canal 13 llega a ponerle más acción, fantasía, romanticismo y aullidos a las pantallas chilenas. En ese mes debutará "Feroz", la nueva teleserie de las 20:00 horas de la estación católica, que buscará conquistar con la historia de "hombres lobos" y unas caperucitas con superpoderes que vagan por nuestra capital.
El encargado de lo efectos especiales y de crear la atmósfera de un Santiago enigmático habitado por estos seres, es el cineasta Jorge Olguín. Una apuesta no menor: mientras la competencia apostó por dos teleseries de época ("Martín Rivas", TVN, y "Manuel Rodríguez", Chilevisión), con escenografías y vestimentas del siglo XIX, el 13 busca innovar a través de la ciencia ficción.
La historia de "Feroz" parte cuando la viuda y esforzada profesora Soledad Gutiérrez (Tamara Acosta), llega desde Temuco a Santiago junto a sus tres hijos, para vivir en el condominio "Rinconada de Peñalolén". Allí se encuentra con un amor de juventud: Guillermo Bernard (Cristián Campos), un inescrupuloso hombre de negocios dueño del recinto habitacional y con un oscuro secreto: es un hombre lobo.
El reencuentro afectivo que Bernard tendrá con Gutiérrez no será sencillo. Además de su otra vida, convive con una mujer de su misma especie, Kiara Montero (Patricia López).
Tras todo ello está Olguin. Él es el culpable de transformar a Campos y López en temidos monstruos. Ésta es su primera teleserie, tras su pasado como director del género fantástico ("Sangre eterna").
"Ha sido una experiencia fascinante", dice. "Pero los actores han sufrido mucho porque les ha tocado hacer escenas de acción, algo a lo que no están acostumbrados en una teleserie más 'normal'. Esta teleserie incorpora elementos que corresponden más a lo cinematográfico y los actores han tenido que adaptarse".
Los aullidos se escuchan en el "13"
Olguín agrega que desde un principio el desafío fue instalar toda la tecnología disponible para esta producción liderada por Sebastián Freund: "Se graban las secuencia en alta definición para post-producir estas imágenes y trabajarlas con efectos especiales e incorporación de CGI en algunos casos (imágenes generadas por computadores)".
El director de "Ángel negro" recalca que lo más llamativo es la transformación de los actores a criaturas, donde el dolor del cambio de un estado a otro tendrá bastante dramatismo.
"Es un proceso que se hicieron pruebas de diferentes formas para buscar lo más realista y atractivo posible (...). Aquí los personajes sufren de la condición de transformación", dice. "Es una condición que, de alguna manera, les provoca tragedia. Y en ese espíritu se tratan de lograr también los efectos. La formalidad de esa metamorfosis tiene que ver con el dolor".
Pero la digitalización de estas escenas no sólo es el único mecanismo para que la nueva propuesta se materialice. Olguín destaca que se ha hecho un gran trabajo en maquillaje, a través de prótesis esculturales amoldadas de acuerdo a cada rostro, manos, uñas y colmillos de los actores, para que así sean más reales los referentes de la licantropía en la teleserie.
"Un maquillaje normal se puede demorar una media hora, pero en general acá demoran tres (...). Cuando hay transformaciones, se debe hacer ese proceso", explica el realizador, para luego agregar que "la idea tampoco fue transformarlos en seres completamente peludos o como unos lobos quinceañeros. Queríamos que fueran cool, con actitud, pero que también se vieran feroces".
Olguín detalla que además de trabajar en estudios, se han hecho muchas grabaciones en exterior. Debido a escenas que contienen peleas y registros en bosques, se han requerido dobles para los actores. Sin embargo, confiesa que le sorprendió que Cristián Campos no recurriera a ellos en varias grabaciones. "Él mismo se colgaba entre los árboles, hicimos las secuencias con cables e hizo escenas de lucha".
Justamente Campos es quien se ha mostrado más emocionado con el nuevo proyecto. Es su primer protagónico luego de haber ejercido tres años como agregado cultural en Washington. El papel en "Feroz" se lo ofrecieron planeando el regreso a Chile para tener a su hija con María José Prieto en el país. La propuesta les cayó como anillo al dedo.
"Nunca había hecho un personaje fantástico, porque es una especie de superhéroe que tiene súperpoderes", cuenta. "Se le desarrolla el olfato, la vista y el oído. Me dije que nunca he hecho eso en mi vida y me gustaría hacerlo, sobre todo si es en un género de teleserie. Me pareció una variación que era muy atractiva de hacer. Me convenció y renuncié a mi cargo".
El artista, quien ya se acostumbra a fruncir el ceño con mirada penetrante como si fuera un verdadero lobo, revela que en el momento que supo sobre esta noticia, el fenómeno de la licantropía aún estaba en lo más alto de su popularidad en Estados Unidos (notoriedad que se inició con la película "Luna nueva", basada en la saga de Crepúsculo).
Esto le sirvió para interiorizarse más en el tema e incluso vio muchas veces la película Wolf (1994), protagonizada por Jack Nicholson. "Él tiene esa cuota de locura, animalidad y también de humor que le viene muy bien al personaje. Compuso un arquetipo que he tratado de imitar", dice.