Los personajes de ''40 y tantos'' gastan gran parte de su vida tratando de resolver sus problemas emocionales. Son como adolescentes, pero con canas. Por algo el lema de la serie es "maduros, pero ni tanto".
TVNSANTIAGO.- El próximo lunes debuta "40 y tantos", la nueva teleserie nocturna de TVN, y si está dispuesto a seguirla va a tener que tomar un curso rápido de psicología para entender el inestable comportamiento de sus protagonistas.
Sí, porque la serie de ficción no deja muy bien parados a los adultos que viven la mediana edad (para Marcelo Leonart, el guionista de la producción, esta edad significa "vivir en crisis").
En "40 y tantos", cuyo protagonista es Francisco Melo (interpreta a Diego Elizalde, dueño de una reconocida agencia de comunicaciones), los personajes están llenos de dudas, tribulaciones e insatisfacciones personales. No importa si son profesionales exitosos o fracasados; su inestabilidad los lleva a cuestionarse su vida a cada momento y a tener comportamientos al filo de la legalidad.
La historia gira en torno a las relaciones personales y laborales de los profesionales de la agencia Elizalde Comunicaciones. Diego Elizalde, el jefe, entra a los 40 años con una esposa bella y dedica a la familia (Paola Volpato). Pero, a pesar de que la ama, no resiste a la tentación de mantener una relación extramarital.
Susana Jerez, la amante interpretada por Mónica Godoy, por supuesto que no está enamorada de su jefe. Recién llegada a la empresa, lo único que quiere es escalar y tener un puesto importante. Por eso, quiere darse un empujoncito en su camino a la felicidad laboral y económica usando a su jefe.
En tanto, la esposa de Diego Elizalde, Loreto Estévez (Paola Volpato) creer que la mejor solución para desquitarse con su marido es manteniendo un romance con un joven de 20 años, que además es su sobrino (que no le extrañe si Loreto termina usando antidepresivos y con un sicoanalista en Buenos Aires).
No es la única relación marcada por la diferencia de edad. Gaspar Mellado (Bastián Bodenhofer) es un profesor de 50 años y ex compañero de universidad de Diego Elizalde, cuya polola es nada menos que la hija de 20 años de éste. Y ojo, que Gaspar tiene una fijación con las adolescentes.
Los demás personajes transitan por la incomunicación con sus hijos, la falta de apego emocional con sus parejas, el temor al compromiso y la afición al gimnasio y a los productos para no envejecer. Parecido a la realidad, pero por la pantalla de TVN.