Campanella asegura que ''Metegol'' es una película ''de amor y amistad'', no de fútbol.
100 BaresBUENOS AIRES.- Un equipo de futbolistas corre por la cancha. Sus uniformes indican que son argentinos, y sus rasgos evocan a jugadores que estaban en la selección para el mundial de 1978.
Esta es una de las imágenes que adelantan los estudios cinematográficos Catmandú Entretainment y Cien Bares Producciones, donde el argentino Juan José Campanella, ganador de un Oscar a la Mejor Película Extranjera por el "El secreto de sus ojos", pone a punto "Metegol", su primer filme de animación en 3D.
La cinta, que se estrenará en Argentina el 20 de junio de 2013 y será distribuida en América Latina y España por Universal Pictures International, está inspirada en un cuento del fallecido escritor argentino Roberto Fontanarrosa, "Memorias de un wing derecho".
Es un monólogo de un futbolista quien, a medida que avanza el relato, revela que no es de carne y hueso sino un jugador de "Tacataca", o "metegol".
La animación, sostuvo el cineasta, "abrió la posibilidad de relatar una historia que por su poesía y fantasía era muy difícil de expresar con seres humanos".
Por otra parte, tuvo que crear un argumento y distintos personajes, tarea realizada por Campanella, el productor Gastón Gorali y el escritor argentino Eduardo Sacheri.
Una historia de amor
La historia gira en torno a Amadeo, un joven que vive en un pequeño y anónimo pueblo. Trabaja en un bar, juega taca taca mejor que nadie y está enamorado de Laura, aunque ella no lo sabe. Su rutina se desmorona cuando Párpados, un joven del pueblo quien se ha convertido en el mejor futbolista del mundo, vuelve a vengarse de la única derrota que sufrió en su vida: en el taca taca y a manos del protagonista. Para sorpresa de todos, los jugadores de madera cobran vida y están dispuestos a luchar contra la mega estrella.
Sin embargo, Campanella aclara que esta "no es una película sobre fútbol, sino una historia de amor y de amistad".
El proyecto surgió hace cinco años, de la mano de Gorali, quien le había comprado a Fontanarrosa los derechos del cuento. Pensó en Campanella como guionista, aunque no lo conocía personalmente. Seis meses después de un primer contacto telefónico, el director de "Luna de Avellaneda" le dijo que además de escribir el guión quería dirigir la película.
El cineasta había decidido aceptar un verdadero desafío ya que no es fanático del fútbol y ni siquiera lo juega: "me atraen las emociones que se ponen en juego en un partido", señaló.
"Se trata de rescatar una época: aquella en la que fuimos chicos", indica.