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República y Matadero

Son las dos coordenadas que conjuga este grupo chileno: el sonido cuequero del barrio Matadero y el tributo a un Chile republicano como guía. "Va por el lado de homenajear a grandes republicanos como Allende, Balmaceda, Víctor Jara", dicen, con su primer disco listo para escuchar y bajar.

04 de Febrero de 2013 | 19:47 |

La partida de nacimiento es con año, mes y día. Fue el 18 de septiembre de 2009 que se iniciaron Los Republicanos de la Cueca, considerada la fecha de su primera actuación en público, en medio de las fiestas dieciocheras de ese año en el Galpón Víctor Jara de la capital. Desde entonces han ganado su espacio en la oleada de conjuntos cuequeros siguiente a la generación de la década pasada, para rubricar esa presencia con Los Republicanos de la Cueca (2012), su primer disco.


Es el mismo que, meses más tarde, el grupo ha dejado parcialmente disponible para su descarga libre desde Internet, con ocho cuecas que representan el estilo de Fernando Fernández (voz y pandero), Ricardo Silva (voz, guitarra y composición), Raúl Guerra (voz, bajo y composición), Cristian Gómez (voz y acordeón) y los más recientes Gonzalo Álvarez (teclados) y Nicolás Villalobos (batería), estos dos últimos incorporados en 2012. "Algunas son canciones que la gente pide harto y que cantan en nuestras tocatas", dice Silva acerca de las cuecas que el grupo regala desde la red, como "Mi taita y yo Allendista" y "Pongo el pecho para amarte", más conocida como "Chiquitita". "Entonces quisimos regalarlas a la gente para que escuchen parte de nuestro material".


Este disco fue a la antigua


"Este disco fue grabado 'a la antigua' en vivo y en directo en el Barrio Yungay Brasil", dice el aviso inscrito en la portada. "En el glorioso Barrio Yungay, con el cual tenemos una gran ligazón", complementa Silva: Los Republicanos de la Cueca fue hecho en agosto de 2012 en los estudios de La Makinita, el sello de la banda Juana Fe. "Fue un hermoso día, donde compartimos con grandes amigos, y fue una jornada extenuante. Grabamos cerca de setenta tomas, de donde elegimos las veinte mejores".


Al mes siguiente de esa grabación, en septiembre pasado, el grupo iba a cumplir tres años, desde su inicio formal en 2009. Y el disco funciona como un resumen de esa primera etapa, dice el guitarrista. "Podríamos decir que es una antología de todo nuestro trabajo, con canciones que nacieron junto con el grupo y otras más nuevas que fueron compuestas para el disco", explica. Y entre esas últimas está "Será será", elegida como primer single.


Cantada a una sola voz, la del bajista Raúl Guerra, esa cueca termina con un llamativo sonido de órgano electrónico. "Le dije a Gonzalo Álvarez, nuestro tecladista, que hiciera algunas figuras con un teclado antiguo, de los '70. La letra es bien triste, y la instrumentación le da esa atmósfera", recuerda Silva. "Es la última canción que grabamos en el disco, la más nuevita, y es sólo con tarro parafinero, contrabajo, pandero y al final se mete ese teclado Hammond. Es el single del disco porque anuncia de buena manera nuestro sonido actual y marca el trabajo futuro de Los Republicanos".


Lleno de gente habilosa


Distintas ciudadanías conviven en el grupo. Raúl Guerra, el bajista, es nacido en Río Gallegos, Argentina, criado en la Patagonia y en Puerto Montt, y por familia es porteño: su padre y abuelos viven en San Roque, el barrio de las recordadas quintas de recreo de Valparaíso. Cristian Gómez, no por nada llamado "Chilote", es nacido en Cucao, isla grande de Chiloé. Fernando Fernández es de San Bernardo, Nicolás Villalobos de Maipú y la dupla entre Silva y Álvarez es de Puente Alto.


Y en esa comuna al sur de la capital está también la prehistoria de este grupo, a partir de Los Gatos, banda puentealtina integrada entre 2007 y 2009 por Ignacio Beroiza, Felipe Beroiza, Francisco Morales y cuatro futuros Republicanos: Nano Fernández, Ricardo Silva, Cristian Gómez y Marcelo Muñoz, quien además de ser el baterista inicial del grupo es integrante fundador de Porfiados de la Cueca.


En la actualidad persiste una formación de Los Gatos liderada por Ignacio Beroiza, explica Silva. Y de esa época datan varias cuecas que pasaron al repertorio Republicano, como "Mi taita y yo allendista", "Por el caliche pelearon", "Señorita", "Tintóleo" y "De kiruza guarda negro". Puente Alto se hace presente también en varias letras y animaciones del disco, con alusiones a lugares como la Papelera. "Gran parte de las canciones están dedicadas a Puente Alto, el pueblo donde vivo y han vivido mis padres y abuelos", corrobora Silva.


-En la cueca "Las picás de Puente Alto" nombran lugares como el Bambi, el Iquiqueño, el Rapa Nui, el Savoy y el Mamino. ¿Estuviste ahí, ninguno de esos lugares existe ya?
-Claro, ésa es una canción que evoca la bohemia del Puente Alto antiguo que yo conocí, o de la que me contaron mis viejos. Yo de niño con mi padre conocí el Rapa Nui, el Iquiqueño, la Cascada, he escuchado hablar del mítico Bambi. Hoy sólo quedan en pie el Savoy, en toda la esquina de la Plaza de Puente Alto; el Mamino Night Club, que está en calle Clavero, y otros clásicos que no salen en la canción como el Tres Palacios o el Brindis. En el Iquiqueño y la Cascada había rico pipeño y borgoña. Ningunos de los dos existe ya, aunque en el Savoy pueden probar aún y comerse sus güenas parrilladas bailables.


-Otras dos cuecas hablan de lugares geográficos: "Yungay Brazil" y "San Roque". ¿De qué experiencias salieron?
-Ambas son de Raúl Guerra, y son parte de sus vivencias. Él actualmente vive en el barrio Yungay y estuvo un tiempo para el lado del barrio Brasil: de ahí viene esa canción homenaje a estos lugares del Santiago antiguo. Y San Roque está dedicada al cerro donde han vivido sus padres y abuelos, cerro bravo de Valparaíso, lleno de historias de las grandes quintas (de recreo) que ahí existieron. Mucha música, mucha fiesta, mucha gente habilosa.


Chiquitita y señorita


Esas coordenadas de puerto calzan además con los invitados de los Republicanos en su disco. Entre ellos están Osvaldo Gajardo, el Papi, y Gloria Arancibia, director y pianista respectivamente del conjunto  Los Paleteados del Puerto, que se oyen aquí en "San Roque" y "Amor de marinero", cuecas porteñas desde el nombre en adelante. También están Lucho Castillo, cuequero de grupos como Los Tricolores y Los Piolas del Lote, y Javier Vergara, bajista de Porfiados de la Cueca, en "Chiquitita" y "Señorita".


-Don Osvaldo Gajardo es una leyenda de la cueca porteña, todo un crack, un cuequero de una humildad sin límite, un maestro de verdad -reconoce Silva-. A nuestra querida tía Gloria (Arancibia) y a Luchito Castillo los admiramos mucho, y con el Javi Vergara hemos compartido muchos momentos y quisimos dejar registrada esa amistad en el disco. Lucho Castillo es uno de los grandes compositores de cueca de esta nueva generación, a pesar de su juventud.


-Has dicho que, a diferencia de otros grupos de cueca, ustedes tienen influencias como el rock, el funk, el hip-hop. ¿Cómo se juntan esos elementos en los Republicanos?
-En especial Raúl (Guerra) y yo, que somos los más viejos, tenemos una experiencia musical que se remonta a mediados de los '90, con variada música, rock, funk, hip-hop, Nueva Canción Chilena. Eso nos ha permitido tener hartas herramientas al componer cuecas. Ahora terminado este disco ya empezamos a plasmar un nuevo material, que irá marcando nuevos rumbos ya navegando el 2013. También ha influido harto la inclusión de Nicolás Villalobos en la batería, que tiene un gran swing, y del tecladista Gonzalo Álvarez, que está bien metido en el movimiento de la cumbia y toca en un par de grupos.


-Y en la cueca propiamente tal, ¿tienen escuela de ciertos cantores?
-Sin duda Los Chileneros marcan escuela para todos nosotros. Yo en especial he tenido la oportunidad de compartir harto con el Baucha (el cantor Luis Hernán Araneda, uno de los fundadores de Los Chileneros), y de él se aprende escuchándolo hablar de cualquier tema. Tenemos muchas influencias, pero entre las más destacadas están las del propio Osvaldo Gajardo, el baterista Elías Zamora (porteño, de La Isla de la Fantasía y Los Paleteados del Puerto), Mario Catalán y el pito (la voz) de nuestro amigo Carlos Martínez (de Los Tricolores). Y, sin conocerlo, sin duda el tío Roberto Parra, por sus versos y su manera de enfrentar el arte y la vida.


En el barrio Matadero

Ricardo Silva es además uno de los artífices del Club Matadero, escenario activo para la cueca y el folclor en el barrio Franklin.


-Habiendo presenciado a tantos grupos que pasan por ahí, ¿cómo has visto que se ha movido el ambiente de la cueca desde que existe el club? ¿Distintas generaciones han aparecido?
-Han sido casi cuatro años intensos de mucho movimiento en el barrio Matadero, impensado diez años atrás. Hemos consolidado un lugar de encuentro de cuequeros con esfuerzo y autogestión. Han nacido muchos grupos jóvenes y algunos han logrado gran renombre por sus buenos trabajos. He visto también que algunos de los más antiguos se han ido diluyendo. Es que es muy difícil mantener una formación y compartir una visión musical por tantos años. Pocos lo logran.


Entre las afinidades con músicos y grupos de generaciones recientes y no tanto, los Republicanos no reconocen sólo a cuequeras y cuequeros como Las Niñas, Porfiados de la Cueca, Los Tricolores, La Chinganera, Héctor Pavez, Aparcoa o Los Paleteados del Puerto, sino también a músicos tan variados como los raperos Panteras Negras y Legua York, el trovador Francisco Villa, el cantante Daniel Cantillana y los cantores, payadores y guitarroneros Alfonso Rubio y Manuel Sánchez.


De este último el grupo grabó en su disco la canción "Creyeron que te mataban", dedicada a Víctor Jara. "Hace hartos años se la escuché cantar a un payador de Puente Alto, el Manguera (Jorge Céspedes). Me gustó y la empecé a cantar sin saber que era del Manuel. Con el tiempo, ya siendo amigos, se la pedí para grabarla", recuerda Silva. "Es un himno de Los Republicanos, cada tocata la terminamos con esa cueca, porque Víctor significa mucho para nosotros, sobre todo por estos días donde gritamos y exigimos justicia para Víctor Jara".


-¿Hay un compromiso especial en el grupo a partir del hecho de llamarse Republicanos?
-Así es. Es cosa de escuchar las canciones, va por el lado de homenajear a referentes políticos importantes como Allende, Balmaceda, Víctor Jara. Grandes republicanos. Creemos que la labor del cantor es reflejar de la mejor manera las vivencias, los sueños, las alegrías y luchas de su pueblo, y en eso nos sentimos muy identificados con la figura de Víctor Jara, que supo plasmar esto de forma magistral. Así hemos sido reconocidos por los movimientos sociales, hemos tocado mucho para las movilizaciones de estudiantes, tocamos en el Estadio Nacional ante setenta mil personas invitados por el Partido Comunista para celebrar sus cien años. No nos vemos cantándole sólo a la fiesta, sin tener presentes las injusticias que hay en este pueblo.

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