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Symphony X y My Dying Bride bajaron las revoluciones al Metal Fest

Ambos no alcanzaron a llenar el escenario principal del Movistar Arena, a pesar de contar con un importante número de seguidores que sí disfrutaron estas propuestas más complejas del estilo.

14 de Abril de 2013 | 21:44 | Por Felipe Kraljevich M.
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Michael Romeo, guitarrista de Symphony X.

Julián Pacheco, producción Metal Fest

SANTIAGO.- Tanto las presentaciones de Nile como de Brujería dejaron al público del Metal Fest con las pulsaciones a mil. Cada banda en su estilo, logró repletar de forma temprana el recinto y se auguraba que la próxima banda internacional en escena, Symphony X, mantendría la tónica de lo que hasta ese minuto ocurría en el festival metalero.

Lo cierto es que tras la presentación de Brujería, la salida del público fue decidora. Al instante en que Russell Allen, Michael Romeo y compañía subieron al escenario, el aforo había disminuido a la mitad del público que estaba con los californianos. Razones pueden haber muchas aunque la compleja apuesta de Symphony X, cultivada en un metal progresivo en el que virtuosismo y la complejidad en la composición son los elementos predominantes y que, aún cuando cuentan con un buen número de seguidores en Chile, ciertamente no se compara a la crudeza y electricidad que provocó Brujería en su show.

Quizás por ello es que Symphony X apostó por ciertos segmentos más duros en su show, la que igual estuvo centrada en la casi perfecta vocalización de Allen y en la maestría de Romeo en las seis cuerdas. Esto fue notorio desde que el grupo estadounidense comenzó su show y pasó a interpretar temas como "Iconoclast", del álbum homónimo, además de "Serpent's kiss" y "Set the world on fire (The lie of lies)", pertenecientes al disco Paradise lost (2007) o incluso, composiciones más clásicas del conjunto como "Evolution (the grand design)", de V: The new mythology suite (2000) y "Sea of lies", del disco más reconocido por los seguidores del grupo, The divine wings of tragedy (1997).

Aún con esta verdadera selección de grandes éxitos, el público que acompañó a Symphony X fue menos de lo esperado y varios que se saltaron a los de Romeo y compañía, disfrutaron del show de los nacionales Orategod.

Por el contrario, la apuesta de My Dying Bride en esta versión del Metal Fest podría suponer que el público no respondiese de forma masiva. Los ingleses, una de las agrupaciones más destacadas del doom metal, bajaron en demasía las revoluciones de una jornada que desde su inicio, se caracterizó por ir siempre con las pulsaciones a mil.

Y es que a pesar de que esta es la primera vez que My Dying Bride visita el país, lo de los británicos sin duda es una propuesta que no goza de la misma popularidad que otros estilos que han pasado por el escenario internacional del Metal Fest.

Aún así, más de cinco mil personas disfrutaron de los lentos y densos acordes de canciones como "From darkest skies" y "The cry of mankind", ambas del álbum The angel and the dark river, de 1996. Tras el término del show de My Dying Bride, viene uno de los espectáculos más esperados de este Metal Fest: los también británicos Carcass.

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