SANTIAGO.- Hugo Espinoza, director de Gendarmería de Chile (el servicio que tiene el control de las cárceles), respondió a las denuncias de Amnistía Internacional sobre malos tratos a prisioneros y dijo que "se trata de la versión de un sólo lado".
Amnistía Internacional reportó las denuncias de familiares de los 56 presos detenidos por delitos terroristas.
Espinoza aclaró que "nunca recibimos una petición formal del ente internacional", sobre esas denuncias "las que rechazo por completo".
Los familiares de esos presos acusaron a Gendarmería de su traslado, en febrero pasado, desde una cárcel a otra y que "un cierto número de ellos fueron golpeados con los puños y culatas de fusiles y recibieron agresiones con agua y gas lacrimógeno".
Espinoza dijo que los reclusos, con el correr de los años,
habían relajado las medidas de seguridad y desactivaron los dispositivos electrónicos de vigilancia y recordó que algunos de ellos encabezaron un motín con toma de rehenes.
"Solo entonces Gendarmería usó recursos permitidos por su reglamento para sofocar el conato de revuelta y para obligar a aquellos que se negaban salir de sus celdas", afirmó.
Espinoza manifestó asimismo que la Corte Suprema había rechazado, por la totalidad de sus integrantes, el recurso de protección que se presentó, puntualizando que "Gendarmería sólo desplegó la fuerza necesaria para reducir los presos ante la complicada situación de cuasi amotinamiento".
Añadió que "las máximas autoridades judiciales consideraron que no fue aplicada tortura durante el operativo".
