SANTIAGO.- La ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, dijo hoy que la demanda de Bolivia de acceso al mar "no tiene solidez jurídica".
La ministra explicó que la posición chilena en este sentido era de "perfeccionar el acceso al mar para Bolivia, pero en este sentido no hablo de soberanía".
"Nosotros estamos llevando adelante una relación bilateral que se ha traducido en un diálogo que ya lleva tres encuentros entre los presidentes (boliviano Hugo) Banzer y (chileno Ricardo) Lagos, que han sido muy fructíferos", agregó la ministra.
Indicó que "el desafío siguiente es avanzar en el proceso de integración. Hay una rica agenda en el tema energético, en minería, recursos hídricos, en el sector agropecuario y en infraestructura".
Esta perspectiva permitiría a ambos países firmar un tratado minero similar o parecido al que Chile suscribió con Argentina el año pasado, y también un acuerdo energético que comprendería la compra de gas natural por parte de Chile.
Dijo la ministra que había cinco áreas concretas de trabajo entre ambos países y que Chile estaría dispuesto en cualquier momento a restablecer las relaciones con Bolivia, interrumpidas en 1978.
Sobre el tema marítimo dijo que "nosotros nos hemos referido a él en múltiples ocasiones. No tenemos inconveniente en una posibilidad de acceso al mar perfeccionando mecanismos que existen en la actualidad".
Aclaró la ministra que Chile decidió designar como cónsul general ante Bolivia a un destacado ex ministro de Defensa y ex embajador en Argentina, Edmundo Pérez Yoma, equiparando el nivel funcionario con el que tiene el representante boliviano en Santiago, que es el ex canciller boliviano Gustavo Fernández.
Esto ha sido interpretado como una señal clara al país altiplánico de que Chile quiere avanzar en la agenda bilateral.
Bolivia exporta a Chile mercancías por unos 26 millones de dólares al año e importa por un valor cercano a los 150 millones de dólares, existiendo un déficit comercial bastante elevado en contra de Bolivia.
Tras la Guerra del Pacífico a fines del siglo XIX, en que Bolivia perdió su acceso al mar, las relaciones estuvieron congeladas hasta 1904 cuando se firmó un tratado de paz.
En 1961 surgió una disputa por la utilización de las aguas del río Lauca, quedando interrumpidas las relaciones entre ambos países. Esta situación se extendió hasta 1975, cuando los entonces presidentes Augusto Pinochet y Hugo Banzer decidieron normalizar las relaciones, gestión que quedó sellada en el denominado "Abrazo de Charaña".
Sin embargo, esta normalización de relaciones no duró mucho tiempo, ya que en 1978 quedaron otra vez interrumpidas debido a los escasos avances logrados en la cuestión marítima, que ha sido la principal demanda boliviana hacia Chile.
