SANTIAGO.- Con una manifestación que desembocó en la Plaza de Armas, y que según la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) convocó a unas 5 mil personas, la máxima organización sindical del país celebró este miércoles lo que denominó la "Marcha por un Chile Justo", con el objeto de hacer presente su disconformidad con las desigualdades que actualmente se registran en Chile.
En la oportunidad, el presidente de la multisindical, Arturo Martínez, demandó al Gobierno la implementación de 12 medidas, a fin de terminar con una serie de irregularidades que, su juicio, lo único que hacen es beneficiar a los empresarios y los grupos económicos en desmedro de los trabajadores.
La serie de demandas planteadas este miércoles por la CUT van desde otorgar una mayor protección a los trabajadores y asegurar un puesto laboral para cada ciudadano, pero también a que el Estado asegure una salud y educación digna y gratis para todos los chilenos, el fortalecimiento del rol regulador del Estado, la continuación de los juicios pendientes por violaciones a los derechos humanos y el seguir avanzando hacia una Constitución Política más democrática.
En su alocución, el presidente de la CUT fustigó al Gobierno y a los empresarios por la situación que viven actualmente los trabajadores en el país, y llamó a estos últimos a expresar su "rechazo a la injusticia, a los atropellos y la falta de respeto a los derechos de los hombres y mujeres de trabajo".
Pero además, y haciendo un símil de lo que reclaman sus pares en el resto de América Latina, Martínez las emprendió contra las políticas que recomienda el Fondo Monetario Internacional, FMI, al que acusó de ser el responsable de la crisis que viven los países de la región, especialmente en Argentina.
"Levantemos la voz para rechazar el chantaje del Fondo Monetario Internacional, principal responsable de la crisis que afecta a América Latina. Para rechazar sus recetas privatizadoras, de congelamiento y rebaja de salarios, y de mayor flexibilidad laboral; que no es otra cosa que la desprotección, discriminación y precariedad del empleo", dijo el líder de la multisindical.
Igualmente, Martínez insistió en lo que ya se ha convertido en otra bandera de lucha de los trabajadores nacionales y extranjeros, y denunció que los costos de la globalización sólo lo han pagan los sectores más desposeídos de la sociedad.
"Los costos de la globalización los hemos pagado las mayorías trabajadoras, mientras los beneficios se reparten entre los grandes empresarios, los grupos económicos, las multinacionales y organismos financieros, todos coludidos y protegidos por sus guardianes políticos", dijo el dirigente.
Demandas de reformas
La marcha de los trabajadores comenzó a eso de las 11.30 en la Plaza Los Héroes, lugar donde los adherentes entonaron más de una vez el himno nacional y elevaron sus consignas en contra del Gobierno, los empresarios y el FMI.
Una vez que se hubo reunido las diversas organizaciones convocadas, entre ellos los sindicatos de varias empresas, trabajadores de la salud, de la educación, empleados fiscales, choferes de la locomoción colectiva y estudiantes universitarios, en forma pacífica el grupo comenzó su marcha por la Alameda, Amunátegui y Catedral, para desembocar en plena Plaza de Armas, donde Martínez comenzó su discurso.
En su primera demanda, por “trabajos decentes”, Martínez explicó que esto implica “trabajos con contrato, con seguridad social, con derecho al descanso, con un trato digno y una remuneración justa”. Por ello, agregó, rechazan las recomendaciones del informe del FMI de privatizar las empresas públicas, flexibilizar el mercado laboral y extender el salario de los jóvenes de 18 años –de 83 mil 300 pesos- hasta los 24.
Para lograr un Chile justo, prosiguió, se necesita un Estado comprometido con los trabajadores, en donde éste pueda hacer cumplir la ley, generando mecanismos adecuados para fiscalizar.
Así mismo, pidió poner fin a las empresas de suministro de personal, pues arguyó que éstos sólo deben estar determinados para cierto tipo de empleos; exigió una reforma a la judicatura laboral con la creación de más cortes y juzgados del Trabajo; demandó reformar el sistema de pensiones a fin de ampliar la cobertura a los empleados eventuales y dueñas de casa, y asegurar mejores pensiones para aquellos que imponen menos; y fustigó por una mayor preocupación por los mayores adultos, en especial de las pensiones de los jubilados y las montepiadas.
Martínez sumó a su petitorio una salud pública para todos los chilenos, en que lo esencial sea la salud preventiva; educación pública y de calidad para asegurar la igualdad de oportunidades; un Estado regulador de la economía, que asegure el desarrollo e igual distribución de la riqueza, pero que además regule la actividad y resguarde el patrimonio nacional; la continuación de los juicios por violaciones a los derechos humanos y una Constitución Política que ponga fin a los senadores designados y al sistema binominal de elecciones.
Al final de la convocatoria que se desarrolló de forma pacífica, un grupo de no más de treinta jóvenes intentó causar desmanes en la Plaza de Armas al quemar una serie de pancartas, una bandera de Estados Unidos y arrojar piedras al resto de los presentes. Luego de esto y sin la intervención de Carabineros y tras ser conminados por los propios organizadores de la marcha, el grupo de jóvenes, algunos de ellos encapuchados, enfiló por el paseo Ahumada.