LA PAZ.- El gobierno chileno está dispuesto a pagar por el uso de las aguas del curso hídrico Silala, pero sólo el 50% de lo que quiere Bolivia, informó el martes la Cancillería boliviana.
"Chile acepta pagar sólo el 50% de lo que nosotros creemos que debe pagar", dijo a la prensa el vicecanciller, Jorge Gumucio.
La aceptación del pago puede significar un avance importante en las frías relaciones binacionales, que sólo se mantienen entre cónsules, después de que durante el último lustro Bolivia insistió en que Chile debía abonarle por esas aguas, que usa desde principios del siglo XX.
Bolivia sostiene que el Silala es un curso hídrico artificialmente construido que se nutre de aguas manantiales nacidas en su territorio, en tanto que Chile afirma que se trata de un río internacional, por lo que tiene derecho al uso de sus aguas de forma gratuita.
"Lo que estamos discutiendo es la naturaleza del Silala, para ver cuánto debe pagar Chile. Chile ha aceptado pagar, pero debemos cuantificar lo que debe pagar", agregó Gumucio.
Señaló que el tema en discusión debe ser resuelto por una comisión técnica de los dos países y que el asunto será tratado en una futura reunión, aún sin fecha, que tiene previsto sostener en Chile con su colega Cristian Barros.
En esa oportunidad, ambos deben analizar también el caso de la concesión a manos privadas del puerto chileno de Arica desde el 1 de octubre.
En el último año, los vínculos entre ambas naciones se enfriaron más aún después de que el Presidente boliviano, Carlos Mesa, reclamara a Chile la concesión de una salida soberana al Pacífico en compensación a la que perdió en la Guerra del Pacífico de 1879.
Ha habido fricciones en las relaciones además por el reclamo boliviano a Chile de un pago por el uso de las aguas del Silala, a lo que su vecino se había negado en repetidas oportunidades.
Según el gobierno boliviano, esas aguas surgen de manantiales situados en el departamento (provincia) de Potosí, 580 kilómetros al sur de La Paz, fronterizo con el norte chileno.
Según el gobierno boliviano, la concesión de Arica transgrede acuerdos que garantizan el libre tránsito de las mercaderías de Bolivia a través de esa terminal.
El Ejecutivo sostiene que el concesionario, Consorcio Portuario Arica, incrementó las tarifas de almacenamiento y porteo hasta en un 300%.
A su entender, el alza, y el hecho de que se interponga entre ambos estados a una empresa privada, pone trabas al libre paso de la carga nacional, a lo que se comprometió Chile en un tratado firmado en 1904.
Ese acuerdo selló la pérdida de la costa boliviana sobre el Pacífico en favor de Chile, tras la guerra de 1879.
Bolivia y Chile no mantienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde 1978, cuando fracasó un nuevo intento por solucionar la mediterraneidad boliviana.