SANTIAGO.- En un verdadero chascarro para el Gobierno se transformó la discusión por la eventual falta de antivirales en caso de una pandemia de influenza tras la mutación del microorganismo de la gripe aviar.
Durante una sesión especial convocada por la Comisión de Salud del Senado, se supo que el laboratorio Roche, el único fabricante de Tamiflú -cuyo principio activo es el oseltamivir- no tiene el fármaco patentado en Chile. Es decir, cualquier otro laboratorio podría fabricar el mismo medicamento en nuestro país, sin necesidad de recurrir a la Organización Mundial del Comercio.
Lo grave del hecho es que la información no estaba en conocimiento del ministro de Salud, Pedro García, quien se enteró en la sesión, cuando se inició precisamente el debate del acceso a este antiviral, considerado el más eficaz para frenar la expansión del virus. Peor aún es que fue el propio Presidente Ricardo Lagos quien esta mañana anunció que "en el evento de que se desate una pandemia de estas características, pediremos que se suspenda el derecho de propiedad intelectual, de manera que los distintos laboratorios que están en condiciones de poder elaborarlos, los elaboren".
Fue el vicepresidente del Colegio Médico, Pablo Rodríguez, quien dijo que esta discusión era innecesaria, pues Roche no había patentado el producto en Chile. Las patentes no son internacionales sino por país, dijo, y por tanto, cualquier otro laboratorio que monte la tecnología podría fabricar el oseltamivir en Chile.
Ello fue reconocido inmediatamente por el gerente general de la filial chilena de Roche, Beat Kasper. Admitió que en Chile el producto no está patentado y por lo tanto, hay libertad para que otro productor lo fabrique. No obstante, el ejecutivo aseguró que otros laboratorios han señalado que crear la misma tecnología tardaría tres años y tampoco se podía garantizar bioequivalencia.
En la India ya habría productores con capacidad de fabricar el fármaco.
El ministro García evitó admitir que desconocía que Roche no tuviera patente del Tamiflú y planteó la necesidad de contar con productos seguros. Para el Colegio Médico, este hecho, revela "falta de rigurosidad" de las autoridades sanitarias para adoptar un plan de esta envergadura.