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Obispos manifiestan su preocupación por el clima laboral del país

A través de una declaración conjunta, los obispos de las diócesis en que operan divisiones de Codelco emplazaron a los trabajadores contratistas a abandonar la violencia.

22 de Abril de 2008 | 11:59 | El Mercurio Online
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Los obispos Contreras y Goic fueron parte del grupo de autoridades eclesiásticas que leyeron la declaración. (Imagen de archivo)

Mauricio Palma, El Mercurio

RANCAGUA.- Los obispos de las diócesis en que operan divisiones de Codelco entregaron esta mañana una declaración conjunta en la que manifiestan su preocupación por el clima laboral que se está creando en el país y emplazan a los trabajadores contratistas a abandonar la violencia.


La declaración, denominada "Los caminos de la paz", fue leída a las 11:00 hrs. en forma simultánea en sus respectivas diócesis por monseñor Guillermo Vera, obispo prelado de Calama; monseñor Mauricio Bridio, vicario general de Copiapó (en ausencia de monseñor Gaspar Quintana); monseñor Cristián Contreras, obispo de San Felipe; y monseñor Alejandro Goic, obispo de Rancagua.


Los sacerdotes piden abrir canales de diálogo y dan cuenta de las angustias que les han relatado organizaciones de trabajadores de diversas expresiones del acontecer nacional.


Según declaran, el problema de fondo en la sociedad chilena en el campo laboral, "son los grandes desequilibrios económicos y sociales existentes en el mundo del trabajo y que se han de afrontar estableciendo la justa jerarquía de valores y colocando en primer lugar la dignidad de la persona que trabaja".


En ese sentido afirman que si queremos que exista paz social, "es preciso elegir entre la lógica del lucro como criterio último de nuestra actividad y la lógica del compartir y de la solidaridad".


Sobre la situación en Codelco, los obispos afirman que la violencia no constituye jamás una respuesta justa y la califican como una solución indigna del hombre. Además, Citando el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, subrayan que la "violencia destruye lo que pretende defender: la dignidad, la vida, la libertad del ser humano".


Añaden que la mayoría de los empleados anhela trabajar y que están impedidos de hacerlo por el riesgo de su integridad física e incluso de sus vidas. Y enfatizan que "la fuerza no es el camino para encarar conflictos que deben resolverse con racionalidad y diálogo".


Respecto de las diversas interpretaciones acerca de los cumplimientos del acuerdo-marco alcanzado entre los contratistas y la empresa estatal, los obispos sostienen que "no resulta fácil discernir, en un tema con muchas complejidades y aristas, quién tiene la razón".


"Se escuchan por muchas partes afirmaciones categóricas a favor o en contra de ambas posiciones, sin un conocimiento real y profundo de lo que verdaderamente acontece", señalan.

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