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Jefe del aeródromo local relata detalles de la evacuación de Chaitén

Desde la cubierta de uno de los buques de rescate anclados en la bahía de Chaitén, Jorge Cortés asegura que los evacuados no tienen información respecto al rumbo que tomará la nave una vez que zarpe.

06 de Mayo de 2008 | 12:16 | Bárbara Covarrubias, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Hasta las nueve de esta mañana, el aeródromo de Chaitén aún seguía en funcionamiento y a cargo de sólo tres funcionarios de la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC) con un único objetivo: mantener operativo el recinto para el arribo de aviones de ayuda para los afectados por la erupción del volcán.


Sin embargo, la orden de evacuación total e inmediata de toda la comuna emanada desde la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) frente al imprevisto aumento de la actividad del volcán Chaitén, hizo que el jefe del aeródromo, Jorge Cortés, y sus colegas Miguel Arce y Rafael Ibarra debieran abandonar sus puestos.


Desde la cubierta del buque BMS "Almirante Merino", anclado en la bahía de Chaitén, Cortés conversó con Emol para describir las labores de evacuación.


"Una vez que recibimos la orden, los tres funcionarios nos trasladamos hasta el muelle Chaitén en una camioneta de la institución. Quedamos con lo puesto, pero afortunadamente nuestras familias fueron evacuadas al otro día de la erupción", relata Cortés.


A su arribo al muelle, Cortés y sus compañeros junto a varios habitantes de Chaitén que demoraron su salida hasta último minuto con la esperanza de no perder sus pertenencias, subieron a un bote Zodiac de la Armada, que los trasladó hasta el buque Merino.


"Aún queda gente en el pueblo, muy poca, pero queda. La orden es que todos deben evacuar y por eso los efectivos de Carabineros y los empleados de la gobernación serán los últimos en salir de Chaitén, porque en el caso que alguien se resista a abandonar el lugar, tendrán que obligarlos", afirma el jefe del aeródromo, cuyo lugar de trabajo se encuentra a escasos ocho kilómetros del volcán, cuyo cráter ya alcanza un diámetro superior a los 800 metros.


Con la dificultad que presenta la comunicación telefónica, Cortés precisa que a bordo del buque de la Armada, "hay mayoritariamente hombres, porque las mujeres y los niños ya fueron evacuados, pero se ven pequeños caminando por la cubierta", al tiempo que asegura que, según le informó un funcionario naval, "estamos esperando a miembros del Ejército que están siendo evacuados".


Destino incierto


A la espera de que esto se concrete, el jefe del aeródromo de Chaitén afirma que se vive un ambiente de incertidumbre a bordo de la nave "porque no sabemos a dónde iremos, me imagino a que Chiloé, a la zona de  Castro o Quellón, por ser lugares cercanos. Y tampoco sabemos a qué hora vamos a zarpar", mientras que en el muelle, según indica, sólo se pueden ver vehículos y algunas de las personas que colaboran en las labores de rescate.


"La orden fue evacuar y abordar los buques, donde debemos esperar y en eso estamos, esperando", afirma Cortés, mientras el encargado de la cubierta de instrucciones a las personas que recién se suman al grupo ya evacuado.

En Chaitén se encuentra el comandante en jefe de la Segunda Zona Naval, contraalmirante Eduardo Junge Pumpin, dirigiendo las maniobras de embarco y evacuación de los habitantes de la zona.

A través de botes Zodiac y otras embarcaciones se realiza a esta hora el embarco de estas personas, con el objeto de zarpar hacia zonas que presenten menor riesgo para la vida humana.

En cuanto al equipo médico, a bordo del BMD "Cirujano Videla" se encuentra todo el apoyo de salud necesario para casos de emergencia, tanto para la atención de las personas evacuadas como para el personal de la Fuerzas Armadas.

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