Los habitantes de Iquique enfrentan dificultades para conseguir agua potable.
APIQUIQUE.- Los habitantes de Iquique viven distintas realidades a 24 horas del terremoto que causó pánico en la ciudad. Mientras centenares de automovilistas se agolpan en las bencineras para comprar sólo los 10 mil pesos en combustibles al que pueden acceder por máquina, una cantidad aún mayor lleva más de una hora en un taco para acceder al poblado de Alto Hospicio.
Karin Ovalle cuenta a Emol que al problema de conseguir gasolina se suma a que en varios sectores todavía no hay agua potable ni luz.
"La situación no es dramática", añade, "pero sí incomoda. Yo vivo en 21 de Mayo con Libertad. No hay agua desde anoche. Familiares que tienen agua nos ha facilitado botellones. Pero también hay problemas con la luz y mucha gente no ha podido llegar a sus casas por los caminos con escombros".
Floridora Guzmán se demoró una hora en bajar desde Alto Hospicio para buscar suministros en la ciudad. "Normalmente me demoro 20 minutos y lleva casi dos horas regresar. Necesitamos velas para iluminarnos y linternas".
De la calma del atardecer los iquiqueños pasan a la inquietud. "Sabemos que vienen replicas", explica Floridora, "pero aun tenemos miedo de que venga el terremoto más grande que han anunciado", dice mientras a sus espaldas pasan vehículos militares.
En otros puntos de la ciudad, como la calle 12 de febrero con Martín Rodríguez, se ve una cola de 50 personas, que esperan su turno para comprar marraquetas y hallullas en el local "Nuestro pan".