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Falleció bombero que sacó cuerpo de Allende desde La Moneda en 1973

El Director Honorario de la institución, Mario Ilabaca, fue un destacado voluntario durante 65 años. Debió estar al mando en emergencias como el incendio en la torre Santa María, en 1981.

29 de Diciembre de 2008 | 14:13 | Natacha Ramírez, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Con su radio en el velador sintonizando la frecuencia de Bomberos mientras soportaba en cama una fulminante leucemia, pasó sus últimos días el Director Honorario del Cuerpo de Bomberos de Santiago, Mario Ilabaca Quezada, quien falleció la tarde de ayer en su domicilio a sus 83 años de edad.


"La enfermedad se le declaró en forma violenta en los últimos dos meses y en el último mes ya no se pudo levantar. Yo estuve con él hace cuatro días antes de que falleciera y arriba de su velador tenía todavía su radio prendida, seguía preocupado de lo que ocurría en Bomberos hasta el último minuto", relata Hugo Soto, Capitán de la 12 Compañía de Bomberos, a la que pertenecía Ilabaca.


Mario Ilabaca es recordado, entre otras cosas, por haber sido uno de los bomberos que sacó el cadáver del Presidente Salvador Allende por la puerta de Morandé 80 de La Moneda, en septiembre de 1973, cuando se desempeñaba como Capitán de la 12 Compañía, lo que quedó inmortalizado en una célebre fotografía.


Pero además de participar en dicha situación histórica, en sus 65 años de servicio cumplió un crucial rol de formación al interior de la institución, siendo reconocido en vida con el cargo de Director Honorario. De carácter fuerte, siempre veló por la integridad de los voluntarios, incluso en momentos complicados, y por el desarrollo de Bomberos, destacándose su enorme compromiso.


El 20 de noviembre, al recibir el Premio Constancia por 65 años de servicio, expresó: "He llegado a la conclusión que mi religión bomberil y cumplimiento del servicio ha servido de faro a muchas generaciones de voluntarios de todas las Compañías y que mi actitud de respeto irrestricto a las normativas que nos rigen (...) ha servido para que voluntarios se inspiren en esas enseñanzas que he repartido, sin haber querido ser profesor de nadie".


Al respecto, Soto relata que "a los oficiales nos reunía, nos enseñaba cómo había que aplicar la disciplina, cómo había que reaccionar ante situaciones extremas de emergencia, de dolor, de pánico, etc. Él se transformó en bombero producto de su energía, su entusiasmo y su cariño porque él amaba a su Compañía, fue un formador natural de muchas generaciones de bomberos". 


Incendio en la torre Santa María


El Capitán recuerda que a Mario Ilabaca le correspondió dirigir el complicado control del incendio declarado en la torre Santa María, en 1981, oportunidad en la que murió el voluntario Eduardo Rivas.


"Fue un gran desafío para nosotros los Bomberos, fue el primer incendio de altura y él estaba a cargo. Cuando murió el bombero Eduardo Rivas yo lo vi llorar, yo tenía un año como bombero. Él lloró muy afectado a un costado por la angustia de perder a uno de sus bomberos, para él un bombero era un hijo", relató.


Destaca que esa lamentable situación "se transformó en desafío para preparar a Bomberos, traer máquinas de altura y hacer todo un trabajo por ese lado”. Recuerda además que una característica suya era que conocía el nombre de todos los bomberos que estaban bajo su mando, "por lo tanto, dirigía los incendios en los momentos álgidos personalizando las instrucciones en cada uno".


Otro episodio en el que también demostró su "compromiso" fue el ocurrido durante los incidentes en calle Fuenteovejuna, en 1983. Según relata el Capitán Soto, "se declaró un incendio y acudió Bomberos y él, como comandante, iba en una camioneta y hubo un control policial cerca del lugar y no lo dejaron pasar porque, según el oficial de Carabineros, era suficiente con esos Bomberos".


"Entonces él dio la orden por radio de que si no pasaba se retiraba el Cuerpo de Bomberos del sector, que no iba a aceptar esa falta de respeto. Finalmente lo dejaron entrar con toda la autoridad. Hoy es un principio básico que nosotros somos los dueños de los incendios, pero en ese momento difícil de la historia él supo defender los intereses del Cuerpo de Bomberos", destaca.


Enérgico, pero de bajo perfil


El Secretario General del Cuerpo de Bomberos de Santiago, Félix Sarno, lo recuerda como "de carácter bastante enérgico, silencioso, de muy bajo perfil, pero a nivel de nuestro Cuerpo tiene un referente de un comandante enérgico, a la antigua, con voz de mando, bien jodido, para él la disciplina era muy importante".


Añade que "era muy preocupado de la seguridad de sus voluntarios. Cuando había alguno que estaba realizando una maniobra arriesgada sin cumplir los procedimientos se escuchaba el grito '¡Voluntario, amotínese!'. Era como el papá de uno".


También destaca que siempre participó en las actividades de su Compañía, pese a sus problemas de salud y las transfusiones sanguíneas que debía realizarse. La última vez que lo hizo fue el pasado 20 de noviembre, cuando acudió a un ejercicio de competencia, pese a que había sido de alta el día anterior.

Los funerales de Mario Ilabaca Quezada se realizarán a las 20.30 horas en el Cementerio General, donde se le realizará un homenaje.

Sus restos son velados en el cuartel de la 12 Compañía de Bomberos, en Compañía con Brasil, donde se realizará un responso a las 18.30 horas.

Posteriormente, será trasladado al cuartel general de Bomberos, en Santo Domingo con Puente, donde se le rendirán honores.

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