SANTIAGO.- El terremoto del 27 de febrero dejó patente la debilidad de los sistemas de comunicación en Chile: se cortaron los servicios telefónicos, de Internet e incluso la luz. Ni siquiera las principales autoridades del país podían saber lo que pasaba en las zonas afectadas.
Una situación similar vivó Tomislav Blasevic, ingeniero en computación de la Universidad de Viña del Mar, tiempo antes del sismo, cuando vivió en un lugar donde no tenía conectividad. Entonces, comenzó a desarrollar una respuesta.
"La idea de este invento es entregar en forma fácil, rápida y movible una solución de telefonía básica e Internet", dice Blasevic sobre el "Smartybox", que es una caja que capta señales telefónicas y de Internet para alimentar a computadores y teléfonos fijos.
Un sistema versátil e independiente
El "Smartybox" puede recibir tres señales diferentes: 3.5G, Wi-Max (que aún no opera en Chile) o Internet convencional vía cable y es posible habilitar una cuarta entrada, a través de una antena satelital. Una vez captada la señal, se pueden enchufar hasta seis teléfonos fijos y alimentar de Internet a computadores como si se tratara de un router común y corriente.
El invento integra tecnologías ya existentes y hace que éstas se comuniquen a través de Linux para que interactúen de la manera adecuada. "Es como tomar el pisco, los limones, el azúcar e inventar el pisco sour", ejemplifica el ingeniero.
Tomislav Blasevic dice que su creación es "sistémica y adaptativa, pues tiene la cualidad de adaptarse al medio que necesites en ese momento". De hecho, según el profesional, en situaciones de catástrofe natural, como la del pasado 27 de febrero, podría generarse un troncal, a través de pequeñas antenas, para abastecer de polos de comunicación a las zonas afectadas.
Sin embargo, el sistema creado por este ingeniero no apunta sólo a las emergencias, pues puede ser usado en localidades regularmente aisladas o en lugares donde el robo de cables eléctricos es común, gracias a su independencia energética, lograda mediante una batería de 12 Volts que le permite funcionar por alrededor de seis horas. Además, el "Samrtybox" puede ser alimentado por corriente regular y su batería puede ser recargada, incluso, con una batería común de automóvil.
El costo del desarrollo del prototipo está entre los 500 y 600 mil pesos, precio que bajaría considerablemente si se fabricara en grandes cantidades. "Se aprovecharían las economías de escala", puntualiza Blasevic, que estima que, en este caso, el costo de producción de cada unidad oscilaría entre los 40 y los 50 mil pesos.
El "Smartybox" tiene dos modelos: uno "de oficina", que pesa unos 150 gramos y mide, aproximadamente, 50 x 20 x 5 centímetros, y otro "móvil", de 25 x 25 x 5 centímetros y que pesa unos 100 gramos. La batería -para ambos modelos- pesa alrededor de un kilo.