WASHINGTON.- Una serie de recientes descubrimientos que han sorprendido a la comunidad científica, hace que aumenten las posibilidades de que haya vida en otros sitios del universo.
En los últimos días, científicos informaron que hay tres veces la cantidad de estrellas que se pensaba.
Otro grupo de científicos descubrió un microbio que puede vivir de arsénico, lo que implica que puede haber vida en condiciones más extremas que las pensadas.
Previamente este mismo año, unos astrónomos revelaron haber hallado por primera vez un planeta potencialmente habitable.
“La evidencia es cada vez más fuerte”, comentó Carl Pilcher, director del Instituto de Astrobiología de la NASA, que estudia los orígenes, la evolución y las posibilidades de vida en el universo.
La evidencia, no obstante, es demasiado fresca y los científicos todavía no han sacado conclusiones definitivas.
Una razón para no sentirse demasiado optimista es que la búsqueda de vida comienza a niveles muy pequeños, microscópicos, y luego se analiza la evolución de esos organismos.
Los primeros indicios de que hay vida en otros planetas podrían ser generados por un moho baboso más que por alguna versión de ET, el Extraterrestre.
Los científicos tienen una ecuación que calcula las posibilidades de vida civilizada en otro planeta.
Pero se basa mayormente en puras suposiciones y en consideraciones como las posibilidades de que haya evolucionado alguna forma de inteligencia y cuánto puede durar una civilización.
En el fondo, esos cálculos se basan en dos factores básicos: Cuántos sitios están en condiciones de sustentar vida y qué tan difícil resulta que se perpetúe alguna forma de vida.
El descubrimiento de que hay más estrellas que las pensadas implica que hay una mayor cantidad de sitios donde pude haber vida y hace que se expanda la definición de lo que constituye vida.
Diez científicos entrevistados por la agencia AP coincidieron en que la posibilidad de vida extraterrestre es más grande que nunca.
Seth Shostak, astrónomo del Instituto SETI de California, dice que todas las evidencias surgidas en tiempos recientes “apuntan en una dirección que alienta la vida allí, y no tenían por qué hacerlo”.
Los científicos descartaron en su mayoría las teorías de que podía haber vida en otros planetas.
Ahora, según Shostak, es a la inversa y pensar que la Tierra es el único planeta donde hay vida es como creer en milagros. “Y los astrónomos no creen en milagros”, señaló.
Los astrónomos, no obstante, sí quieren pruebas y todavía no las tienen.
El astrobiólogo de la NASA Chris McKay afirmó que “hay cosas reales que indican que ser optimista en torno a la presencia de vida en otros sitios no es una tontería”.
Para empezar, hay que determinar dónde puede haber vida. Hasta hace pocos años, los astrónomos pensaban que sólo podría haber vida en planetas que circulan alrededor de estrellas como nuestro sol.
Por eso, la búsqueda se enfocó en estrellas como la nuestra. Se descartó así la más común de las estrellas, las llamadas enanas rojas, que son más pequeñas que nuestro sol y más opacas.
Probablemente el 90% de las estrellas del universo sean enanas rojas. Los astrónomos creían que los planetas que circulan en torno a ellas no podían tener vida.
Pero hace tres años, la NASA reunió a los principales expertos en ese tema, quienes analizaron datos y llegaron a la conclusión de que sí podría haber vida en los planetas que orbitan las enanas rojas.
Esos planetas tendrían que estar más cerca de sus estrellas y no rotarían tan rápido como la Tierra.
Los científicos determinaron que las pequeñas estrellas pueden ofrecer condiciones muy distintas a las de la Tierra, pero que permitirían alguna forma de vida.
En otras palabras, hay miles de millones de mundos nuevos en los que no se puede descartar que haya vida.
La semana pasada un astrónomo de Yale calculó que hay 300.000 trillones de estrellas, tres veces lo que se suponía.
Lisa Kaltenegger, de la Universidad de Harvard, dice que los científicos ahora creen que la mitad de las estrellas de nuestra galaxia podrían tener planetas que tienen entre dos y diez veces el tamaño de la Tierra y en los que podría haber vida.
El paso siguiente es determinar cuántos de esos planetas se encuentran en zonas que no son ni muy calientes ni muy frías y podrían sustentar formas de vida.
En abril se anunció el descubrimiento de uno de esos planetas, aunque algunos científicos cuestionan ese anuncio.
En la última década y media los científicos comprobaron que hay formas de vida que crecen en ácidos, en la Antártida y en otras condiciones extremas.
Pero nada impactó más que el anuncio de la semana pasada que una bacteria puede sobrevivir con arsénico en lugar de fósforo. Siempre se dijo que había seis elementos esenciales para la vida: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y sulfuro.
Esto obliga a cambiar la definición de lo que constituye vida.
Al comprobarse que es posible que haya vida en condiciones más extremas que las pensadas hasta ahora, aumenta automáticamente la cantidad de planetas donde podría haber vida, expresó Kaltenegger, quien también trabaja en el Instituto Max Planck de Alemania.
Donald Brownlee, astrónomo de la Universidad de Washington, cree que, suponiendo que haya vida en algún otro sitio, se trataría probablemente de microbios difíciles de ver desde grandes distancias.
Y que las distintas fuerzas geológicas y atmosféricas que actúan sobre los planetas podrían evitar que la vida evolucione y se transforme en algo complejo o inteligente, según dijo.