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Pueblo indígena de México crea su propia empresa de telefonía celular

Los habitantes de Villa Talea de Castro decidieron comenzar su propio sistema de comunicaciones luego que las grandes empresas de telefonía de su país se negaran a llegar a esta zona.

19 de Agosto de 2013 | 17:30 | AFP

VILLA TALEA DE CASTRO. - Aunque ninguna empresa de telefonía celular quiso aventurarse en su pueblo, escondido entre recónditas montañas del sur de México, Ramiro puede llamar a sus hijos con su teléfono gracias a la primera red creada por y para indígenas en el país.


"Bienvenido a la Red Celular de Talea (RCT), para registrarse vaya a la radio con este mensaje", dice un texto que llega automáticamente a los usuarios de telefonía móvil que visitan ese pueblo asentado en las laderas de la Sierra Norte de Oaxaca.


Los habitantes de Villa Talea de Castro, mayoritariamente indígenas de origen zapoteco, viven del cultivo del café, aunque muchos de sus jóvenes migran frecuentemente a grandes ciudades e incluso a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.


"Yo tengo dos hijos que viven fuera del pueblo y por lo menos dos o tres veces por semana me comunico con ellos", cuenta a la AFP Ramiro Pérez, un encargado de restaurante convencido de los beneficios que trajo la tecnología celular a su pueblo.


"Además, mis clientes me piden comida por teléfono. Por solo 15 pesos (USD 1,15) al mes, hago y recibo todas las llamadas necesarias para mis asuntos familiares y para mi negocio", añade el hombre, de 60 años, que hasta hace tres meses era usuario constante de las casetas telefónicas que le cobraban "hasta diez pesos por minuto".


Por considerarlo poco rentable, las grandes empresas de telefonía celular se negaron durante años a prestar sus servicios en Talea, pero la población adoptó un novedoso sistema y creó su propia compañía.


El modelo proviene de la organización Rhizomatica, que busca llevar la comunicación móvil a zonas marginadas a través de un equipo de sistema global (GSM) de bajo costo, un software libre y tecnología Volp (Voice over IP), que permite transmitir la voz de forma digital a través de Internet.


Buscamos "utilizar todos los fragmentos del espectro radioeléctrico que existen por todo el espacio aéreo mexicano y que las concesionarias telefónicas se niegan a utilizar por inviabilidad financiera", dijo a la AFP Israel Hernández, uno de los pioneros del proyecto.


Con empeño, los indígenas obtuvieron un permiso por dos años de la estatal Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) para probar el equipo, proporcionado por una empresa estadounidense. Así nació RCT, que utiliza el espectro radioeléctrico para llamadas locales e Internet para comunicarse con el resto del mundo.


Sin señal de las telefónicas


Hasta Villa Talea de Castro, ubicado a unos 15 kilómetros al norte de Oaxaca (capital del estado homónimo), no llegó ni América Móvil, la empresa de telefonía del magnate mexicano Carlos Slim que domina América Latina con sus 262 millones de suscriptores.


El secretario de la Sindicatura Municipal, Alejandro López, comentó que una de las compañías a las que se solicitó el servicio incluso pidió a Talea -de 2.500 habitantes- un padrón de 10.000 usuarios potenciales, además de la construcción de un camino hasta un cerro donde se instalaría la antena, así como un tendido de red eléctrica de seis kilómetros.


"A pesar de algunas fallas técnicas, porque estamos en periodo de prueba, el proyecto ha sido todo un éxito. A tres meses de que iniciaron las operaciones, tenemos más de 600 usuarios al mes y el equipo que nos prestaron para prueba ya es insuficiente porque solo tiene 11 líneas", añadió el funcionario.


Por 15 pesos, los usuarios pueden hacer todas las llamadas locales que quieran con una única condición: no debe durar más de cinco minutos para que las 11 líneas no se saturen, explicó. Si los habitantes necesitan llamar al extranjero, deben pagar poco menos de 80 centavos de peso mexicano (USD 0,06) por minuto, un precio inferior a la mayoría de las tarifas comerciales.


Ante el éxito obtenido, los socios de la RCT -que son todos los habitantes del pueblo- decidieron comprar su propio equipo con capacidad para 35 líneas simultáneas, que se instalará en las próximas semanas.


Según Hernández, la siguiente etapa del proyecto consiste en formar una cooperativa de pueblos indígenas "para solicitar en concesión al Estado mexicano esa pedacería de frecuencias libres para comunicar por telefonía celular a las comunidades rurales del país".

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