La llegada al Hotel O'Higgins que más gritos y desorden ha provocado, sin duda, fue la de A*Teens. Pero en la tarde de ayer, una madura mujer de rojiza cabellera, con uñas aún más coloradas y varios adornos dorados, estremeció al público apostado en la puerta de recinto.
"Sólo les digo una cosa: ¡Azúcar!", gritó la cubana Celia Cruz apenas se bajó del auto que la trajo a Viña del Mar junto a su marido Pedro Knight. La salsera, quien se presentará hoy por primera vez en su carrera en la Quinta Vergara, explicó que ése es su grito de guerra y que lo ha dicho tanto "que le dio diabetes a mi esposo".
"Siempre recé en silencio para que me invitaran", afirmó minutos más tarde, levemente más seria. "A estas alturas del partido, que me traigan (al festival) es un reconocimiento a mi trayectoria. Y desde aquí le pido al público que me responda".
Es que Celia Cruz está consciente de que ninguno de sus 78 discos ha tenido niveles de venta masivos en Chile y que, por lo tanto, su actuación de esta noche no tiene éxito asegurado. "Para Viña del Mar he venido un poquito temerosa y medio nerviosa, pero al llegar al hotel la gente gritó por mí, lo que me dejó un poquito más confiada de lo que va a pasar en la Quinta".
La cantante recordó que a Chile "sólo he venido a la televisión y nunca he presentado un show como el de mañana (hoy). Por eso espero que el repertorio que traigo, que desafortunadamente no es muy conocido en Chile, a la gente le guste. Que goce, baile y me aplauda", pidió.
Respecto a la preparación del espectáculo de esta noche, la cantante adelantó que durará unos 50 minutos, en los que estará apoyada por una orquesta de Nueva York que "siempre me acompaña y me hace bailar". Respecto a su preparación para su rutina, Celia Cruz afirmó que lo único que hace es no hablar con nadie, "ni con mi mamá si sale de la tumba, porque quiero tener mis cuerdas en óptimas condiciones para ofrecer al público lo que esperan de mí y más".
