SANTIAGO.- Honestidad brota de las palabras del diputado Guido Girardi, y ejemplos sobran. Como que reconoce que el líder de la derecha ganará en Santiago a la esposa del ex Presidente Frei; que los problemas de cesantía y escándalo de indemnizaciones afectarán en el porcentaje que obtendrá la Concertación, por cierto muy lejano del 56,22 por ciento que obtuvo en las elecciones de 1996.
Aun así, el presidente del PPD apuesta por el triunfo de la alianza de gobierno, por los valores que ésta tiene como pilares fundamentales -"poner énfasis en la cooperación sobre las competencias"- y por la contradicción entre el conservadurismo "compasivo" de Lavín y el de la derecha, que impedirá -asegura Girardi- el arrastre de votos del ex candidato presidencial hacia la coalición adversaria.
El 48% que plantea el gobierno ¿es un triunfo o una derrota electoral para la Concertación?
"Estos comicios son iguales a los partidos, gana quien mete un gol más, y en la democracia se gana con un voto más. En el mundo de la política, está la lógica que todos vamos a ganar. Hay que ser honestos: ganar es ganar por un voto, y la calidad del triunfo dependerá de las cifras. Lo que pasa es que la derecha quiere transformar en derrota en victoria, pero es un tema menor porque esta elección tiene un carácter de localidad, de personas, con cierto ámbito ético, valórico, y la gente vota por quien le resuelva problemas, así que es más que un triunfo meramente político".
¿Han evaluado cuántos puntos perderán o cómo les va afectar el problema de cesantía, las indemnizaciones, el paros de camioneros?
"Creo que siempre lo que pasa en el escenario nacional es un ruido de fondo, la gente escucha; es como la escenografía en una gran sala de teatro, importa, pero lo que más importa son los personajes que se mueven en la escenografía, que son los candidatos (...) Ahora, afecta, claro que afecta, pero de manera distinta, por ejemplo el paro fue beneficioso para el gobierno porque a la gente le pareció bien la postura del Presidente contra los camioneros que amenazaban con un paro que iba contra la gente. Y afecta, globalmente, a la clase política, al pensar que todos los políticos son iguales".
¿Qué tanta diferencia política-social hay respecto de la elección municipal de 1996, en que la Concertación obtuvo un 56,22 por ciento de los votos?
"Cambió todo, pero vamos a estar cerca del 50, pues lo del '96 fue un momento excepcional de la coalición, del país, del escenario internacional, además era otro Chile. Hay otra sociedad, en cuatro años este país ha cambiado 20 años del siglo 20, es como comparar entre 1980 y el 2000, el año pasado fue un cambio brutal de sociedad, hay una nueva ciudadanía que está emergiendo. Desde ya emerge una profunda transformación de los ciudadanos, con intereses y preocupaciones distintos. La gente no quiere ser más manipulada. Hace cuatro años todavía la gente votaba por partidos, independiente de que el candidato fuera bueno o malo. Ahora vota por personas con cierta ética".
Es decir, esta elección se definirá por candidatos y no por pactos...
"Mira, esta elección va a ser una señal muy potente de la nueva geografía política y cultural de país, como fue la elección presidencial, hay un país distinto. No se pueden aplicar los mismos barómetros. El cambio de cifras representa un cambio profundo de sociedad".
¿Qué relevancia le adjudican a las comunas insignes, como Viña del Mar, Valparaíso, La Florida, respecto de las tradicionalmente importantes como Santiago y Concepción?
"Creo que la derecha ha intentado hacer barcos insignias de esta campaña esas comunas. Obvio, son aquellas en que creen que van a ganar (de 10 concejales). Pero no hacen bandera de la lucha electoral en Valparaíso, que es la más grande del país. Esto hay que mirarlo globalmente, por lo demás no van a ganar en todas estas tres comunas, a lo más en dos. Y si ganan le resto dramatismo, no es el fin del mundo. Tengo plena confianza y respeto por la decisión de la gente, y si eligen a alguien a la derecha lo respeto".
De diez comunas importantes, ¿han medido en cuáles va a triunfar la Concertación? ¿Santiago, por ejemplo?
"Que gane Lavín no tiene relación con candidatura presidencial, faltan cinco años, el Chile en cinco años va a ser distinto, un Chile ni siquiera imaginable. Vivimos una etapa de transición cultural. Nadie tiene la capacidad de girar a cuenta en cinco años más tarde".
Pero si asume que Joaquín Lavín gane en Santiago a Marta Larraechea...
"Pero, claro, Lavín puede ganar en Santiago, y si Lavín gana es porque la gente lo decidió. Creo que la Martita ha hecho una gran campaña y para mí que sabe que Lavín va a ser alcalde de la comuna de Santiago y punto. Es un dato más, significa que la derecha tiene un líder importante, que no es ninguna revelación, está probado, sacó cerca de la mitad de los votos del país, es un dato de la causa que uno no puede dejar de considerar".
¿Y ese arraste electoral llegará a los otros candidatos de la Alianza por Chile?
"La derecha lo que no va a lograr, por omisiones de la propia derecha, es capturar toda la votación de Lavín. El es un poco lo que yo llamo el conservadurismo compasivo, de Bush, pero la UDI tiene un conservadurismo que no tiene nada de compasivo. Tiene una contradicción, o sea al final, ¿qué es lo que es Lavín? Como Bush, un conservador pero que habla de respeto, de solidaridad un poco, por lo menos, pero la UDI es poco de eso".
Es decir, la Concertación podría mantener los 200 ediles actuales que tiene...
"La Concertación va a sacar más alcaldes que la derecha. Algunas evidentemente le ganaremos a la derecha y ella a nosotros también. Más allá de la elección y los porcentajes, creo que hay que hacerse cargo del nuevo país que emerge, pues los problemas son universales, multisectoriales, que no pueden ser mirados desde un compartimento, no tan lejos. Hay que mirar con diversidad y valores. Propongo los valores que dan sentido a la Concertación: libertad, solidaridad, pluralismo, respeto a la diversidad, y poner énfasis en la cooperación sobre las competencias".
