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Inti Illimani, sinfonía de emociones

Fue el show con más calidad musical que se ha presentado en la Quinta. Y no debe extrañar, considerando la gran capacidad artística de este grupo con más 30 años de existencia. Merecida la Gaviota de Oro que se llevaron.

21 de Febrero de 2004 | 23:11 | Felipe Gálvez T, El Mercurio en Internet
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Inti Illimani
El grupo sembró emoción y calidad en la Quinta.
VIÑA DEL MAR.- Era el show de calidad que se extrañaba en la Quinta Vergara. Por interpretación, por manejo musical, por experiencia, por capacidad. Inti Illimani vino a presentar su historia musical y logró que el Monstruo los ovacionara y les escuchara con un respeto pocas veces antes visto.

Fue una sinfonía de emociones. Una interpretación más digna de un concierto que de un show festivalero. Pero la Quinta les quedó perfecta a estos ocho músicos que llevan a cuestas 36 años de trayectoria con más de 20 discos editados.

Representativos de la Nueva Canción chilena, de las décadas 60-70, Inti Illimani supo exponerse ante el público variado que cada noche llega a la Quinta, en lo que fue su primera presentación sobre este escenario.

Y el debut bien puede ser calificado como glorioso. Horacio Durán, Jorge Coulón, Marcelo Coulón, Efrén Viera, Daniel Cantillana, Manuel Meriño, Cristian González y Juan Flores demostraron que la buena música también tiene su lugar.

Bien merecida tuvieron la Gaviota de Oro, la segunda que se entrega en este festival. Pero esta no pareció exigida o apresurada. Al contrario, fue la expresión máxima del clamor de una audiencia que dejó por momentos sus gustos de moda para aceptar y dejarse conquistar por la calidad musical del grupo.

La Quinta se entretuvo y bailó con "Sambalando", pero también supo mantener un respetuoso silencio cuando Inti Illimani interpretó "Vino del mar", canción dedicada a Marta Ugarte, cuyo cuerpo fue encontrado en una playa cercana a Quintero "y gracias al mar no es parte del listado de detenidos desaparecidos", clamó el grupo.

Acompañados de tres violines, un chelo y un contrabajo, el grupo creó una atmósfera que se contuvo hasta el final, llenando el alma de fuertes emociones. Sólo un estruendoso y emotivo aplauso al final rompió ese hechizo que por minutos el grupo fue capaz de crear en la Quinta.

"Son los cantos de nuestros abuelos, y de los abuelos de nuestros abuelos. Y serán los cantos de nuestros nietos y de los nietos de nuestros nietos. Es el canto popular", dijo Jorge Coulón.

Las clásicas antorchas (aunque esta vez emuladas por lucecitas de juguete) aparecieron en la galería. La noche era mágicamente musical. Un deleite para quienes estaban presentes.

Vino entonces "El aparecido", el homenaje a Víctor Jara, con su imagen proyectada en la pantalla gigante. Todos de pié no sólo aplaudiendo a Inti Illimani, sino que agradeciéndoles por la magnificencia con que estaban desarrollando su presentación.

Y ellos gozaban con lo que hacían sobre el escenario. Mientras Coulón tocaba con clase la guitarra, Durán y Viera se acercaban al público y les dirigían en los aplausos, para hacer bailar al Monstruo con "Mi chiquita carnaval". Vinieron las antorchas y las gaviotas, ya está dicho, muy merecidas.
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