MIGRACIONES EN AMÉRICA LATINA – PERÚ

Diez de las 12 regiones con mayores niveles de pobreza se encuentran en la sierra. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei) señalan que en esta zona los índices de desnutrición, mortalidad infantil, analfabetismo y esperanza de vida son críticos: los niños menores de cinco años reciben solo un tercio del nivel calórico y proteico necesario para un desarrollo físico adecuado. Estas condiciones arrastran a los campesinos de Cusco, Ayacucho y Puno hacia la Amazonía, a donde llegan para quemar los bosques y convertirlos en tierras agrícolas. El Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) considera que esta migración habría fomentado la deforestación de 10 millones de hectáreas.

Las cifras exactas de esta movilización recién se conocerán con el último censo nacional. Sin embargo, hay otros desplazamientos que la última Encuesta Nacional Continua (2006) sí alerta: la migración de los campesinos más pobres hacia las ciudades que se han ido consolidando con el crecimiento económico del país. Un 16% de la población de Moquegua emigró hacia la ciudad de Arequipa, donde se está reactivando una importante industria local. Algo similar ocurre con los habitantes de Cajamarca, que en un 10% emigraron hacia las ciudades de Trujillo y Chiclayo. La capital crece menos, las ciudades del interior captan ahora la atención.

“Hay un proceso de urbanización acelerada en la costa y una descapitalización del campo. Se estima ahora que el 25% es rural, en los años 60 era el 50%. La sierra se está quedando despoblada, solo con ancianos y mujeres con niños”, insiste Altamirano.