Marilyn Monroe fue uno de los mayores símbolos sexuales de todos los tiempos, pero también una mujer que vivió el amor de manera intensa y que buscó en él un refugio para las diversas heridas y vacíos que le dejó su biografía. Quizá ambos factores constituyeron la mezcla precisa para que en la vida de la actriz no sólo proliferaran los romances, sino además los rumores, los hombres que buscaron adueñarse de su corazón, vivir una tórrida aventura, y aquellos que luego de su deceso se han ufanado de haber estado con la codiciada rubia, sin que ella pueda ratificarlo o desmentirlo.

Pero sea cual sea la categoría en la que se encuentren, hay algo claro con todos ellos: Ninguno duró mucho al lado de la actriz, quien nunca logró estabilizar un vínculo sentimental. Ello pasó incluso antes de que la fama llamara a su puerta, en el matrimonio que con apenas 16 años (1942) contrajo con James Dougherty, un policía de 21 al que se unió para evitar ir a un orfanato, y con quien duró casi cuatro años.

Con su segundo marido, en tanto, comienzan las lagunas. Porque aunque Robert Slatzer asegurara que efectivamente se casó con la actriz, no hay pruebas fehacientes que lo demuestren. De ser cierto, en todo caso, hay algunas cosas claras: El enlace habría sido fruto de un arrebato, duró menos de una semana, y llegó en momentos en que la actriz no sólo preparaba el despegue en el mundo de la fama, sino también en el de la inestabilidad y las adicciones.

Por esto, al que sí se valida como su segundo esposo es al famoso beisbolista Joe Di Maggio, con quien se casó a los 28 años (1954), cuando ya era una celebridad. El deportista se mostró en principio como un romántico, pero luego habrían asomado celos tan marcados que llevaron a que la pareja se divorciara antes de cumplir un año de casados.

Un poco más duraría con el célebre dramaturgo Arthur Miller, con quien se casó en 1956, en el peak de su carrera. El autor de "Las brujas de Salem" y "La muerte de un viajante" fue uno de los que dejó esposa e hijos por estar con la rubia, pero los estilos de vida y regímenes laborales de ambos resultaron incompatibles, por lo que tras cuatro años y diversas crisis el matrimonio llegó a su fin.

Parte de esas crisis tuvieron su origen en la relación extramarital que mantuvo con el actor Yves Montand, uno de sus más "oficiales" amantes. El otro habría sido el presidente de EE.UU. John Fitzgerald Kennedy, con quien la actriz habría iniciado un romance en 1955, que seguiría de forma esporádica en los años venideros. Sin embargo, las expectativas de Monroe con el líder demócrata habrían sido tan altas como el despecho posterior, algo que incidió en que a su lista se agregara luego el menor del clan, Robert Kennedy.

Los rumores, en tanto, aportan un buen número más de romances a la bitácora de la actriz, aunque no del todo confirmados. Entre ellos figuran el director Elia Kazan, el actor Tony Curtis (con quien habría estado cerca de una década) y el inolvidable Marlon Brando (antes de que ambos alcanzaran la fama).

Pero décadas después de su muerte, las versiones sobre la vida amorosa de la diva siguen aumentando. Así, un autor mexicano aseguró en un libro que su compatriota José Bolaños estuvo con Monroe a principios de los 60, mientras que otro difundido libro sostiene lo mismo para el actor Richard Burton, insigne esposo de Elizabeth Taylor. A esas obras se agrega además un documental ruso, que sostiene que la rubia habría estado ligada a un agente de la KGB que la asistió en una visita a la ex Unión Soviética.

El último supuesto romance fue develado y confirmado por la misma contraparte de Monroe en la aventura. Se trata nada menos que de Jerry Lewis, célebre comediante que hace apenas un año desclasificó el archivo de la relación que habrían tenido en los años de gloria de ambos.