Rodolfo Yanzón, defensor de Sergio Apablaza:
"El juez Dolmestch fue presionado"
Rodrigo Lara, Corresponsal en Buenos Aires
Miembro de la Liga Argentina por los Derechos del
Hombre, Rodolfo Yanzón, más que defensor, suele ser
querellante. Es el abogado de los casos que se iniciaron en Alemania
por los desaparecidos argentinos de ese origen. Y participa en causas
de alto perfil público como la de la Escuela de Mecánica
de la Armada (ESMA) --uno de los más emblemáticos
centros de tortura de la dictadura argentina-- y la de los crímenes
del 20 de diciembre de 2001, que derivaron en la caída del
gobierno del radical Fernando De la Rúa, entre varias otras.
La misma multiplicidad la aplica al fútbol
argentino, donde es hincha de dos equipos: Boca Juniors y el hace
poco ascendido, pero clásico, club Huracán. Lo cual
puede adelantar algo de su carácter batallador, al que agrega
cadencias histriónicas en el momento de alegar frente al
juez. Para mañana (lunes), sin embargo, tiene una certeza
muy parca: “No existe ninguna posibilidad de que la extradición
sea concedida”.
¿Tiene usted la convicción
íntima de que Sergio Apablaza no está vinculado ni
material ni intelectualmente a los dos delitos que se le vincula?
Hay dos cuestiones: la primera es si efectivamente participó
o no. La segunda —más importante que la primera—
es qué pruebas tiene la justicia chilena para decir que estuvo
involucrado. Este es uno de los puntos esenciales que están
en debate en el proceso de extradición. Yo le pedí
al juez Bonadío que rechace la extradición debido
a que, tanto para la legislación argentina como para los
tratados internacionales de derechos humanos, las medidas que restringen
la libertad no deben ser arbitrarias. Es decir, deben darse válidas
razones para disponer la detención de una persona en el marco
de una causa penal.
¿Y ello no ocurre en este caso?
En el caso de Apablaza, el juez que dispuso su detención
lo hizo apremiado por un requerimiento del Ministerio del Interior
—lo que lesiona el principio republicano de la división
de poderes— y no brinda ninguna explicación, no menciona
ninguna prueba para ordenar esa detención. Por lo tanto,
no puede sostenerse seriamente que la justicia chilena tenga un
requerimiento legalmente establecido en contra de Apablaza Guerra.
El mismo Gobierno de Chile conoce que Apablaza no participó
de ninguno de los hechos, pero esto no es lo que se está
discutiendo en estos momentos.
¿Cuáles son los puntos débiles
concretos en el pedido de la justicia chilena?
Invierto la pregunta: no hay ninguna seriedad en el requerimiento
del juez de Chile, por lo que dije anteriormente. A eso se suma
el vendaval de declaraciones y presiones realizadas fundamentalmente
por personeros de la UDI, que dan claras muestras de que Apablaza
no tendrá ninguna posibilidad de afrontar un debido proceso
legal. El carácter persecutorio que tiene la acusación
en su contra, indica claramente que ya está condenado, aun
sin pruebas, por la derecha pinochetista. Otro gran punto débil
es la existencia de jueces que no pueden evitar presiones. Dolmetsch
fue presionado para dictar el auto de procesamiento en contra de
Apablaza. No es un hombre que se destaque por su valentía.
¿El magistrado recibió presiones?
Nosotros sabemos fehacientemente que el juez Dolmestch fue presionado
por estos sectores de poderes fácticos para que disponga
el procesamiento de Apablaza a pesar de que él sabe, concretamente,
que no tiene ni un indicio para establecer la responsabilidad de
él en esos casos.
Usted presentó una prueba que indica
que el asesinato de Jaime Guzmán fue hecho “a espaldas”
de Apablaza ¿Por otra facción? ¿Cuál?
¿O habría sido cometido por miembros de su misma facción?
No me corresponde a mí presentar pruebas sobre los responsables.
Sí recalco —y lo hice ante el juez argentino—
que quienes habían sido detenidos en esas causas, fueron
sistemáticamente torturados, en pleno gobierno de Aylwin.
Y se les extrajeron confesiones extrajudiciales, sin ningún
tipo de contacto previo con sus abogados, que luego fueron utilizadas
en contra de Apablaza Guerra. Además, el juez chileno no
presentó ninguna prueba válida que vincule a Apablaza
Guerra a esos hechos. De la misma versión de los policías
que investigaron el caso surge que Apablaza Guerra no tuvo ni participación
ni conocimiento.
¿No le da ningún valor a la
evidencia presentada por la justicia chilena?
Esto es vital. Cuando yo digo que hay que rechazar el pedido de
extradición porque no existen motivaciones suficientes para
disponer la detención de Apablaza Guerra, el Estado de Chile
no contesta a eso. Es cierto, lo que yo dije (en el tribunal) es
que sólo acompañaron una copia de una publicación
clandestina en la que una persona que dice ser “Salvador”
(nombre encubierto de Apablaza en el FPMR), dos años después,
reivindica el hecho. Eso no tiene ninguna resonancia en una causa
penal. No la puede tener. No hay ninguna relación directa.
Puedo yo reivindicar ese hecho, hoy, después de 15 años,
y nadie me va a pedir la detención por eso. Y esto, claramente,
el abogado de Chile no lo contestó.
Los delitos por los que el juez Dolmestch
requiere a Apablaza están lejos de estar prescritos dice
la querella. ¿Qué responde?
Al abogado de Chile se le perdonó la vida. Hizo algo inadmisible,
que fue haber leído su alegato, lo que está prohibido.
Yo no formulé ningún planteo —aunque lo señalé
al momento de alegar— porque de esa forma no hizo más
que confirmar la debilidad de su postura. Se exhibió con
un raquitismo argumental que robusteció nuestros planteos.
No trató adecuadamente la legislación chilena, invocó
legislación internacional absolutamente errada. Y lo peor
de todo: consideró que la extradición es sólo
un modo de colaboración entre estados, cuando hace años
que está claro que es el primer momento en el cual la persona
puede hacer valer sus derechos. El abogado que representa al Estado
de Chile se contagió de arbitrariedad y adquirió el
mismo discurso errático y mentiroso que su mandante.
Usted indicó ante el tribunal que
la democracia chilena era “una farsa”, donde no se respeta
el derecho a la defensa. ¿Es entonces una dictadura? ¿De
quién? ¿Qué diferencia habría con la
democracia argentina actual?
Lo reitero: un Estado en el que por el solo hecho de ser militares
hay senadores que no son elegidos; que padece un sistema binominal
que impone que la derecha pinochetista se quede con la mitad de
los cargos; una exclusión de buena parte del electorado;
un poder judicial totalmente sumiso a los poderes fácticos;
una Corte Suprema que sostiene la impunidad de Pinochet y sus amanuenses;
la existencia de tribunales militares; la subsistencia de la Constitución
y leyes de Pinochet.
No es una dictadura; es sólo una patética
mueca de ella. Pero en relación a Apablaza Guerra y a todos
aquellos que han sido o pueden ser juzgados por la ley antiterrorista
de Pinochet, lo que importa es que Chile no brinda ninguna garantía
de debido proceso legal ni de respeto al derecho de defensa. Las
diferencias con Argentina son enormes, aunque eso no implica que
en mi país el sistema sea una maravilla".
Si la extradición es concedida, ¿qué
hará? ¿Cree posible que el gobierno argentino conceda
el estatus de refugiado político a Apablaza?
No existe ninguna posibilidad de que la extradición sea concedida.
Tanto el Gobierno como las Naciones Unidas van a proteger legalmente
a Apablaza Guerra. Sería importante que Chile vaya viendo
qué hacer para modificar el estado de cosas existente y que
deje de dar exhibiciones obscenas a nivel internacional.
Apablaza tiene abierto un proceso por falsificación
de documentos en Argentina. ¿Cómo puede eso influir
en este caso para que se conceda o no la extradición?
No influye en nada. La extradición se define por otros elementos.
El proceso hoy está abierto, pero hay antecedentes para considerar
que también en esa causa tendremos un buen resultado. A Claudio
Molina Donoso, también perseguido político de la derecha
de Chile, se lo sometió a un proceso penal por tenencia de
documento falso. Y el resultado fue que el Tribunal Oral argentino
lo absolvió porque consideró que había actuado
bajo un estado de necesidad, ante la persecución que padecía
de los militares chilenos.
¿Usted cree realmente,
cómo dijo en su alegato, que los hijos argentinos de Apablaza
corren un riesgo grave de ir a Chile, no por ser sus hijos, sino
porque los niños chilenos en general viven en peligro?
Yo señalé ese punto porque creo que los jueces argentinos
deben velar por nuestros niños. Y estoy convencido de que
mi país no es un paraíso, pero Chile se aproxima al
infierno, a menos que usted sea rico y de derecha. Es decir, que
no le importe la pobreza de la mayoría, para la cual la única
respuesta es el garrote y las leyes de Pinochet.
PRIMERA
PARTE:
Gustavo
Gené, abogado del Estado chileno: "No creo que la extradición
sea rechazada"
Arriba
|