"Corazón de María": El pulso dramático de TVN se aceleró

Alejandro Herrero S.
12 de marzo de 2007

Los avisos de “Corazón de María” fueron engañosos. Al verlos daba la impresión de que esta historia estaría marcada por intensos dramas y romances sufridos, al más puro estilo de los culebrones venezolanos.

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Un trío protagónico marcado por la desgracia de Miguel, quien ve morir a su amada María pocas horas después de su matrimonio en un accidente automovilístico, y la esperanza de Elisa (Francisca Lewin), que recibe el corazón donado por el desconsolado novio.

Un argumento que se completaba con la extraña unión que se genera entre ellos por la “influencia” que genera el órgano transplantado.

Ese es el nudo central de la nueva producción de TVN, pero el mayor atractivo de la nueva producción del canal estatal está en la capacidad de sus realizadores de combinar la tristeza agobiante de esa parte del guión, con la chispa de los feriantes que trabajan en la llamada “feria modelo”.

Cuando ya los pañuelos no alcanzaban para seguir viendo a la moribunda Elisa o el llanto desconsolado de Miguel, aparecían las papas, la fruta fresca y el humor chispeante de sus vendedores para descomprimir el ambiente.

En el arranque, los que se robaron la película fueron los meneos de Yasna Ceballos (Paz Bascuñán), quien incluso mostró su faceta de aprendiz de la construcción al bautizar a Miguel como el “Arcángel Miguel” cuando lo conoce; el machismo retrogrado de Salvador Ceballos (Mauricio Pesutic, las comparaciones con el Chingado son aceptadas sin problemas), quien no se cansó de golpear la puerta de un baño porque estaba seguro que su querida Dalila (Amparo Noguera) estaba embarazada y él no era el padre.

Pero como estamos hablando de un drama, los habitantes de la feria también aportan sus tristes historias. La que une al cura Mateo con Dalila es la que está destinada a generar más polémica, porque él arrastra una juventud desenfrenada en la que terminó teniendo una hija con ella, cuando era la nana de su casa.

En la nebulosa del debut quedaron algunos personajes, como el de Leonor Bustamante (Liliana Ross), la madre del cura y del novio de Eloisa, que trató de mostrarse como la mala de la historia, pero aún está lejos de asustar o provocar rechazo.

Para el archivo de la historia de las teleseries quedaran algunas frases que merecen disputar un lugar en el recuerdo, como la del personaje de Fernández, cuando saca todas sus aptitudes de galán para decirle a su novia que está "hermosa como una Venus renacentista".